Pregunta.– ¿Lo sucedido en Cataluña es una victoria del Estado?
Respuesta.– Lo que ha sido una victoria del Estado ha sido la actuación continuada de los jueces. Lo que ha ocurrido desde la semana pasada es un episodio lamentable que espero no tenga continuidad. Todas las maniobras que tratan de hacer los independentistas para desafiar al Estado de Derecho, a España y a la democracia están condenadas al fracaso.
P.– ¿Cómo se contrarresta la campaña de desprestigio de España que están lanzando los fugados?
R.– Explicando la realidad, la actuación de los poderes del Estado y el respeto a la democracia de cada uno de los pasos que damos para responder. No creo que los fugados tengan ahora más eco del que han tenido en el pasado. Esto se está convirtiendo en una especie de circo ambulante que no lleva a ningún sitio. Lo que deberían hacer es permitir que en Cataluña haya un Gobierno que resuelva los problemas de los ciudadanos. Mientras no lo hagan, lo haremos nosotros con el 155.
P.– ¿Qué medidas puede desplegar la diplomacia española para contrarrestar la campaña de desprestigio?
R.– La propaganda de desprestigio utiliza los mismos procedimientos, medios y cauces en España y fuera de ella. Los movimientos populistas han puesto a prueba el propio sistema democrático de algunos de nuestros países socios y frente a eso sólo cabe esforzarse porque prevalezca la información veraz y, de nuevo, el respeto al Estado de Derecho.
P.– ¿Ha tenido usted que implicarse personalmente explicándole a algún país las razones del Gobierno para frenar las aspiraciones de los independentistas?
R.– Lo que intento explicar siempre que se me pregunta es que en España cualquier aspiración política es legítima, pero que para canalizar esa aspiración es necesario que se respete el imperio de la ley y, desde luego, el orden constitucional.
P.– ¿Los socios europeos tienen claro que lo que ha sucedido en España es un ataque al Estado?
R.– Manifiestamente claro y se han comportado en consonancia. Han visto la realidad, cómo se subvirtió la propia legalidad catalana, el Estatuto, la Constitución y el mínimo respeto a los procedimientos y prácticas democráticas. Y comprobaron la pretensión de romper el Estado sin tener tan siquiera una mayoría social... Eso en ningún país democrático se considera como algo viable.
P.– ¿No había forma de evitar que Puigdemont, por ejemplo, fuera recibido en el Parlamento de Finlandia?
R.– Bueno... en una oficina para visitantes. La voluntad popular es variada y siempre se puede encontrar un representante de algún grupo que habilite el que pueda visitar esos espacios, pero no se puede decir que el Parlamento le haya invitado o haya tenido relación alguna con él.
P.– La detención de Puigdemont en Alemania, ¿puede suponer un impulso en el camino de una mayor armonización de las legislaciones en la Unión Europea?
R.– Nosotros hemos estado siempre entre los principales impulsores de la construcción del espacio de Libertad, Seguridad y Justicia, y todo lo que pueda mejorarse en ese sentido se apoyará desde España. Es evidente que si existe la libre circulación de personas en Europa, es necesario dotarse de los instrumentos jurídicos adecuados. En este sentido, la orden de arresto europea y el reconocimiento mutuo de resoluciones judiciales son dos de las herramientas fundamentales. La UE es una comunidad de derecho que se basa en que todos compartimos unos principios y valores fundamentales.
P.– ¿Hay posibilidades de que las demandas del secesionismo ante el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas prosperen?
R.– Para ser precisos, no se trata de una demanda, se trata de una comunicación, por la que un individuo, en este caso el Sr. Sánchez y el Sr. Puigdemont, alegan ser víctimas de una violación de los derechos enunciados en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de 1966. El Comité que se ocupa de este Pacto no es un órgano jurisdiccional y sus decisiones no son vinculantes. El Comité ha pedido información a España, que se tramitará de acuerdo con nuestro firme compromiso hacia esa institución.
P.– ¿Cuánto va a tener que aportar España de más al presupuesto de la Unión por la salida de Reino Unido?
R.– Por la salida vamos a perder entre 10.000 y 13.000 millones. Esa cantidad habrá que aportarla entre todos. Pero, además, queremos hacer la Europa de la defensa, una política de inmigración más potente, mejorar la investigación... Así que la que se nos viene encima será una negociación dura. Nosotros hemos dicho que estamos dispuestos a aumentar nuestra contribución siempre que las políticas en las que nos pongamos de acuerdo lo justifiquen.
P.– ¿Es Rusia una amenaza?
R.– Rusia es un interlocutor estratégico y es una preocupación estratégica. Alguna de sus actividades no pueden considerarse amistosas. Algunas de sus actitudes son intolerables como la invasión de Ucrania y la anexión de Crimea. Pero hay que ser realistas y darse cuenta de que Rusia es necesaria para resolver ciertas crisis globales, como Siria. Hay que tener un enfoque doble, de reacción y condena ante acciones inaceptables y de diálogo para la solución de problemas que nos interesan a todos.
P.– Tras la derrota de Daesh en Siria y en Irak, ¿hay peligro de una oleada de ataques en Europa?
R.– No hablaría de oleada, pero el riesgo existe con los retornados. Me da la impresión de que no va a aminorar; al contrario. En la medida en que Daesh está siendo derrotado busca acomodo en otros sitios. Estamos preocupados por Libia y el Sahel. Es una amenaza que tomamos muy en serio.
P.– Se cumplen dos meses desde que Venezuela expulsó al embajador español y Madrid respondió recíprocamente. ¿Hay conversaciones para que regresen pronto?
R.– Nada indica que vayan a retornar de manera inminente. Con un Gobierno que no respeta los derechos y las libertades de los venezolanos y no busca una solución pacífica y dialogada mediante unas elecciones, francamente, no podemos tener relaciones normales.
P.– ¿Qué espera de las elecciones del 20 de mayo?
R.– No mucho. Por la manera en que están planteadas no son unas elecciones transparentes, justas y equitativas. Han sido convocadas por un organismo que no está reconocido y se ha excluido a las fuerzas de oposición más representativas. En esas condiciones lo que esperamos es la continuidad y que tengamos probablemente –y ahí estamos liderando una reflexión en la UE– que tomar medidas restrictivas con las personas responsables del trato inhumano a la población.
P.– ¿El presidente Zapatero le informa de sus gestiones?
R.– Últimamente no me consta ninguna gestión. Desde que el diálogo auspiciado por República Dominicana entró en receso indefinido, creemos que no se puede hablar de un diálogo y la figura del presidente Zapatero ahora mismo no goza del apoyo de una de las partes como para que pueda desarrollar una actitud muy constructiva.
P.– ¿Hay prevista una visita del presidente del Gobierno a Cuba?
R.– De momento, no está prevista. Se habló de la posibilidad de una visita de alto nivel del presidente, del Rey o de los dos. Pero a corto plazo no parece realista antes del relevo de Raúl Castro. Más adelante sí, espero que antes de que acabe la legislatura.
P.– ¿Qué momento atraviesa la relación entre España y EEUU?
R.– Las relaciones bilaterales atraviesan un buen momento. No hemos notado ningún impacto negativo, quizás porque nuestro comercio está equilibrado y porque tenemos inversiones allí que se complementan con las que EEUU tiene aquí. No hemos dejado de decir nuestra opinión sobre temas candentes a los que ha dado lugar la Administración norteamericana, ya sea el trato con México, ya sean ciertos aires de proteccionismo.
P.– Trump ha dicho que quiere romper el acuerdo nuclear con Irán. ¿Qué consecuencias tendría?
R.– Pondría en peligro un pacto que es una contribución importante al Tratado de No Proliferación. No creemos que se gane nada forzando el fin del acuerdo. Lo que hay que hacer es complementarlo con la presión para que Irán cambie su actitud en la crisis regional. Ambas cosas son complementarias. Defendemos mantener el acuerdo nuclear y el levantamiento de sanciones para apoyar a las facciones aperturistas del régimen.
P.– ¿El pacto migratorio entre la UE y Turquía es un buen acuerdo?
R.– Aun siendo insuficiente, ha ayudado. En la UE trabajamos por una política integral para el problema de la inmigración irregular, la económica y el asilo y refugio. Pero no hay que mezclar. En asilo y refugio hay que dar una respuesta conforme a las convenciones internacionales y en la UE el sistema funciona bastante bien. El problema es cuando se quiere aplicar la medida de reparto a todo migrante que llega por razones económicas.
P.– Europa acordó acoger a 160.000 refugiados sirios y España sólo ha cumplido con una décima parte de su cuota, ¿por qué?
R.– El sistema estaba mal diseñado. Siempre dijimos que la solución no era repartirnos a la gente. España no ha alcanzado lo prometido como no lo ha alcanzado nadie. Creemos que es mejor el reasentamiento. Reubicar a los que ya han llegado a Europa supone un coste adicional y un efecto llamada. Se crea en la opinión pública un sentimiento de rechazo que impulsa el populismo.
LA GENERALITAT
"Deberían permitir que haya un Gobierno que resuelva los problemas de los ciudadanos. Si no lo hacen ellos, lo haremos nosotros con el 155"
COOPERACIÓN JUDICIAL
"Si existe la libre circulación de personas en Europa, hay que dotarse de instrumentos jurídicos. La orden de arresto europea es fundamental"
PROPAGANDA SEPARATISTA
"Los socios europeos tienen manifiestamente claro que lo que ha sucedido es un ataque al Estado y se han comportado en consonancia"
EL COSTE DEL ‘BREXIT’
"Por la salida del Reino Unido de la UE vamos a perder entre 10.000 y 13.000 millones, cantidad que habrá que aportar entre todos"
TERRORISMO INTERNACIONAL
"Existe riesgo de ataques en Europa con los retornados de Siria e Irak y me da la impresión de que no va a aminorar, al contrario"
LA AMENAZA RUSA
"Algunas de sus actividades no son amistosas, pero hay que ser realistas y darse cuenta de que es necesaria para resolver ciertas crisis globales"
VISITA A CUBA
"Espero que antes de que acabe la legislatura pueda haber una del Rey, el presidente o los dos. Pero a corto plazo no parece realista"
LOS REFUGIADOS
"La solución no es repartirnos a la gente. España no ha alcanzado sus compromisos de acogida como no los ha alcanzado ningún otro país"
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GIBRALTAR Y EL ACUERDO CON LONDRES
Alfonso Dastis asegura no querer excluir a Gibraltar del acuerdo entre el Reino Unido y la UE. "Lo que queremos", dice, "es que ese acuerdo se haga para beneficiar a los trabajadores de un lado y otro de la Verja y al mismo tiempo resolver los problemas que han afectado negativamente a la relación en estos años". "En esas condiciones", prosigue, "estamos totalmente dispuestos a que el acuerdo se aplique a Gibraltar. Ahora bien, si no hay disposición de la otra parte...". En todo caso, "España está dispuesta a tomar las medidas necesarias para que se mantengan los derechos de las personas que cruzan la Verja, incluso si no hay acuerdo. Queremos un entendimiento bilateral con Reino Unido. Lo mismo que cuando nos adherimos a la UE: hubo con ellos un acuerdo bilateral junto con el acuerdo general".