El Consejo de Seguridad ha adoptado hoy por unanimidad la resolución 2258, sobre los aspectos humanitarios del conflicto en Siria.
El objeto principal de la resolución ha sido renovar la autorización de las operaciones transfronterizas de Naciones Unidas y de sus agencias para distribuir ayuda humanitaria sin el consentimiento de las autoridades sirias, que queda extendida hasta enero de 2017. Gracias a esta asistencia las agencias de Naciones Unidas y sus asociados han podido entregar ayuda humanitaria vital a millones de personas necesitadas en Siria.
Además, la resolución insta a todas las partes, en particular a las autoridades sirias, a cumplir sus obligaciones en virtud del derecho internacional humanitario y de derechos humanos y a aplicar plena e inmediatamente las correspondientes resoluciones del Consejo de Seguridad; solicita a las autoridades sirias que respondan rápida y favorablemente a las solicitudes de asistencia a través de líneas de combate en el interior cursadas por las Naciones Unidas; y reitera la urgencia de una solución política para evitar un deterioro aún mayor de la situación.
Las negociaciones de esta resolución han sido lideradas por España, Jordania y Nueva Zelanda, co-relatores en el Consejo de Seguridad del expediente humanitario relativo a Siria. En su calidad de tales, han promovido entre otros la inclusión de algunas prioridades de protección como la importancia de garantizar la seguridad y libertad de movimientos del personal médico o la preocupación por las dificultades de acceso a la ayuda humanitaria en las zonas sitiadas.
El conflicto en Siria ha provocado consecuencias de extrema gravedad en el ámbito humanitario. Según la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, más de 250.000 personas han perdido la vida, más de 1 millón han sido heridas, hay 13.5 millones de personas en situación de necesidad de asistencia humanitaria, 4.3 millones han tenido que abandonar el país y 6.6 millones son desplazados internos a causa del conflicto.