Asia es un continente heterogéneo, con gran diversidad de niveles de desarrollo económico, de tradiciones culturales y de modelos sociopolíticos. El incremento de su población y la incorporación de millones de personas a su actividad productiva, al consumo y a las redes de la economía global constituyen, probablemente, el caso más llamativo de traslación de poder del mundo occidental a los países emergentes que se haya producido desde finales del siglo XIX.
En la actualidad, la región engloba más de la mitad de la población mundial y produce un tercio de la riqueza de nuestro planeta. Se prevé que, en el año 2050, más de la mitad de la producción global provendrá de ese continente. Además, Asia es centro de primer orden de ciencia, de tecnología y de innovación, con un peso global que crecerá cuantitativamente en los próximos años.
Por su propia dimensión y por su dinamismo, Asia es un continente del que no puede estar ausente ningún país del mundo que pretenda tener protagonismo en las dinámicas globales contemporáneas. Así, la apuesta de España por una cada vez mejor inserción en las dinámicas políticas, económicas, científicas y sociales que tienen como centro a Asia hace necesario que se fortalezca nuestra presencia en la región y que nuestro país se dote de los instrumentos de análisis y acción adaptados a las nuevas realidades en Asia y en el Pacífico que nos permitan reforzar resultados en todos los ámbitos.
España reconoce la centralidad del Indo-Pacífico y ha optado por ser un actor activo en la implementación de la Estrategia de Cooperación de la UE para el Indo-Pacífico, lanzada oficialmente en septiembre de 2021, y cuyos ejes centrales son la interdependencia entre ambas regiones y sus economías, la lucha conjunta contra el cambio climático, así como la importancia de defender la democracia y los derechos humanos en esta región del mundo. Con este objetivo, en enero de 2022 se nombró a un Embajador en Misión Especial para el Indo-Pacífico encargado de estudiar cómo los intereses españoles se pueden imbricar en las prioridades de la Estrategia europea, dar valor añadido, y sumar esfuerzos para que España y la UE tengan un papel protagonista en el Indo-Pacífico.
Asimismo, España ha convertido las relaciones con Asia Oriental en uno de los pilares de su política exterior. Ello se ha traducido en un acercamiento a países como China, Japón o Corea del Sur. Los contactos políticos son habituales, las relaciones económicas se han multiplicado y los vínculos entre las sociedades civiles son crecientes. Adicionalmente, España ha incluido a los países que componen las regiones de Asia Central y Asia Meridional en los parámetros de su política exterior, con un acercamiento cada vez más activo, considerando la relevancia de grandes potencias regionales como India. Con respecto a los países del Sureste Asiático y países miembros de ASEAN, las relaciones bilaterales han aumentado cuantitativa y cualitativamente y se ha intensificado la agenda política, sin olvidar en concreto a Filipinas, con la que tantos lazos históricos y culturales nos unen.
Respecto a las relaciones de España con el Pacífico Sur, debe resaltarse que nuestro país ha regresado a la región tras largos años de ausencia y mantiene relaciones diplomáticas con todos los Estados, entre los que destacan Australia y Nueva Zelanda por su peso geopolítico en la zona. España desarrolla en la actualidad una política activa, siendo “socio de diálogo” del Foro de Islas del Pacífico (PIF).