La adopción de la Agenda 2030 y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible ofrece la mejor oportunidad para resolver esta situación. La Agenda 2030 reconoce, por primera vez, que los pobres viven tanto en los países pobres como en los ricos, y que las acciones que se toman en una parte del mundo pueden tener consecuencias profundas y de largo alcance en otra parte del mundo. Reconoce también que las naciones dependen unas de otras y que deben trabajar juntas para resolver los problemas más serios del mundo. El primer Objetivo de Desarrollo Sostenible pide erradicar la pobreza en todas sus formas y en todos los países para 2030.
Estas formas pueden incluir el hambre y la desnutrición, el acceso limitado a la educación y a otros servicios básicos, la discriminación social y la exclusión, así como la falta de participación en la toma de decisiones.
España se encuentra plenamente comprometida en esta lucha a través de su cooperación internacional para el desarrollo. La Cooperación Española ha hecho suyo este objetivo y lo ha situado como elemento central de su acción, como demuestran los programas de cooperación desarrollados con las Naciones Unidas y dirigidos a la mejora de las condiciones básicas de vida de las personas, en definitiva, en la lucha contra la pobreza, en los países destinatarios de la ayuda.