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FUTURO DE EUROPA

El ministro de Asuntos Exteriores inaugura una jornada sobre la democracia que necesita Europa

José Manuel García-Margallo intervino en la apertura de la jornada "Qué democracia europea necesitamos: los ciudadanos y la Unión Política", organizada por la Fundación Alternativas en el marco del programa Hablamos de Europa

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En sus palabras, el ministro subrayó la importancia de las elecciones europeas del próximo año y señaló que el Parlamento Europeo debería abordar la consolidación de la UE porque, de lo contrario, está región caerá en la irrelevancia. En su opinión, el objetivo final sería la puesta en acción de los estados unidos de Europa. "No se trata de una unión de estados -dijo-, eso ya lo tenemos; sino de una unión federal con lógica federal".  
         
José Manuel García-Margallo analizó en su intervención las causas de la crisis económica que vive la UE, "la más severa que ha atravesado el mundo desde el crack de 1929", y subrayó que lo ha sido menos porque se había aprendido del 29 y los bancos centrales “han tomado una actitud activa”.

En opinión del jefe de la diplomacia, la UE necesita corregirse en torno a tres ejes: afianzamiento de la unión económica y monetaria, aumento de su capacidad de actuación interna y externa y producción de reformas institucionales que le den legitimidad.
 
Al hablar de la unión económica y monetaria, el ministro recordó que ésta nació con un “pecado original”, ya que es inimaginable una moneda única sin un gobierno económico en paralelo. A su juicio, la Unión debe acometer “una revolución a fondo”. En este sentido, explicó que el Banco Central Europeo debería convertirse en “un auténtico prestamista de última instancia” al estilo de la Reserva Federal y el Banco de Inglaterra. En su opinión, habría que cambiar también la filosofía del Banco Europeo de Inversiones para así financiar sobre todo a las pequeñas y medianas empresas, que son las que principalmente crean empleo.
  
Según el ministro, todo ello debería ir acompañado de una institucionalización política. En este sentido, García-Margallo comentó que el presidente de la Comisión debería ser elegido por sufragio indirecto y debería poder organizar su equipo como cualquier otro presidente del Gobierno. Asimismo, abogó por una reducción del número de comisarios y opinó que, a largo plazo, el presidente de la Comisión debería coincidir con el presidente del Consejo Europeo, situación que, de momento, “es un sueño".