El Gobierno de España sigue con atención las acciones llevadas a cabo estos días por grupos incontrolados de viticultores franceses contra vinos de origen español perpetradas en almacenes de vinos y supermercados en Béziers y Narbona el sábado pasado, que han sido seguidos el día de ayer por ataques a diferentes supermercados en Nîmes.
Estos hechos, que se producen con desafortunada periodicidad, al igual que los ataques que hemos venido sufriendo desde principios de año a camiones transportando vino a granel en las autopistas del sur de Francia, son motivo de preocupación para el Gobierno de España no sólo porque representan una quiebra del Estado de Derecho sino también y fundamentalmente porque suponen una violación flagrante del mercado único, pilar fundamental de la Unión Europea.
España ha trasladado oficialmente su preocupación a las autoridades francesas, como en su momento también se hizo a la Comisión Europea, por lo que estos hechos suponen de ataques a la libertad de comercio que pueden provocar de hecho una retracción en nuestros clientes franceses habituales, que ven atacados sus establecimientos por vender en ellos productos de origen distinto que el francés.