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El órgano de San Francisco el Grande

​En 1883 se decide construir el órgano que actualmente se encuentra en el coro de la basílica, y se recurre al más prestigioso constructor del momento: Aristide Cavaillé-Coll.

Solo la mención de ese nombre nos garantiza que estamos ante un instrumento singular y excepcional, por su calidad y valor histórico y material. A esto se une su excelente estado de conservación y funcionamiento, gracias a la restauración realizada en 2008 por la firma alemana Vleugels Orgelbau con el patrocinio de Caja Madrid, y al mantenimiento periódico gracias al celo de la Obra Pía de los Santos Lugares. La belleza de sus sonidos, la precisión del mecanismo, el equilibrio sonoro entre los diferentes grupos de registros, hacen de este instrumento uno de los más destacados del entorno.


El órgano es un ejemplar puro del llamado órgano sinfónico francés, típico de finales del siglo XIX, y llamado así porque parte de la imitación de la concepción sonora de la orquesta sinfónica romántica, con su carácter sintético y sus grandes posibilidades dinámicas. El propio constructor, a propósito del gran instrumento que construye en la iglesia de Santa Clotilde de París (en la que tocaba César Franck), lo define de esta manera: “Este órgano está completamente concebido bajo la perspectiva de un gigantesco crescendo…”. Este planteamiento es sin menoscabo de la calidad individual de los registros, y la posibilidad de combinaciones determinadas de los mismos, a la manera de la música de cámara (por otra parte, muy típicas de la orquesta tardo-romántica, especialmente en Wagner).

El órgano, por tanto, es el instrumento ideal para la música de Franck y de todo el sinfonismo francés: Widor, Guillmant, Gigout, Vierne…, pero también es excepcional para toda la música del periodo romántico. Por otro lado, si bien hoy en día los organistas preferimos para la música de Bach un órgano orientado a la estética barroca alemana, es necesario tener en cuenta que, en la época de su construcción, se estaba en el convencimiento de que era el instrumento perfecto para su música, y aunque parezca paradójico, en él se empezaron a desarrollar las nuevas corrientes de recuperación de la tradición interpretativa de Bach según criterios históricos. Así, dice el organista y musicólogo Albert Schweitzer (y también médico, teólogo, y premio nobel de la paz), en su libro de 1905 Bach el músico poeta: “Cavaillé-Coll, el creador del órgano francés, no se inspira especialmente en la música de Bach, pero realizó, por lo que concierne a la mecánica y ordenación de los recursos, el órgano que Bach reconocería como el instrumento en que había soñado cuando escribía sus fugas”. Aunque lógicamente hoy en día se han alcanzado otros planteamientos, la calidad y precisión del instrumento hace que no sea desdeñable al menos para determinados géneros de la música organística de Bach, al igual que no se puede descartar la ejecución de sus obras para teclado en el piano moderno.



En fin, la Real Basílica de San Francisco el Grande alberga un instrumento de gran calidad y significado, que sin duda constituirá una gran aportación al panorama musical de Madrid y nacional, gracias a la voluntad de la Obra Pía para mantener poner en relieve sus posibilidades.

No quiero acabar sin recordar algunos hitos de la vida musical de este magnífico templo y del edificio anterior. Nada más y nada menos que el gran organista Antonio de Cabezón, padre de la escuela ibérica de órgano, estuvo enterrado (por expreso deseo suyo, expresado en sus disposiciones testamentarias) enfrente de la capilla de la Concepción del antiguo convento. También todavía en el antiguo edificio, fue organista a principios del siglo XVIII Antonio Martín y Coll, autor de cuatro importantes recopilaciones de música que se conservan en la Biblioteca Nacional, y que son una muestra de la actividad musical en torno a 1700.

Ya en el actual templo, en 1885 fue memorable el funeral de Alfonso XII, dirigido y organizado por Barbieri, siendo pionero en la recuperación de la música de los más egregios compositores españoles del pasado (Melchor Robledo, Tomás Luis de Victoria, Alonso Lobo, Andrés Lorente, Pedro de Tafalla), y en el que cantó el famoso tenor Gayarre. En 1897, el organista y compositor francés Camille Saint-Saëns se sentó en la consola y tocó para la reina María Cristina, interpretando una Marche Religeuse cuya copia manuscrita se conserva en el archivo del Real Conservatorio. 

En octubre de 2023, se ha realizado el “I Ciclo de Concierto de órgano de la Obra Pía de los Santos Lugares” de manera que, con esta iniciativa, la Obra Pía continúa y mantiene viva una notable y arraigada tradición.

En otoño del 2024, se realizará el II ciclo, visite nuestra agenda cultural donde se expondrán todos los detalles de los próximos conciertos. 

Miguel Bernal Ripoll
Organista Titular de la Real Basílica de San Francisco el Grande.