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“Cuba necesita muchas inversiones”. (La Vanguardia)

21 de diciembre de 2014
Hace tres años, cuando José Manuel García-Margallo llegó al palacio de Santa Cruz, las relaciones entre Cuba y la Unión Europea estaban estancadas. La “Posición Común” de los socios europeos, adoptada en 1996 a instancias de España, condicionaba la cooperación política y comercial a la apertura democrática del régimen cubano.

Esta estrategia parece que no ha funcionado.

Por eso, a finales del 2012, la Unión Europea propuso a La Habana negociar un acuerdo sobre cooperación y diálogo político.

Una negociación que lidera España y que dos años después sigue sin cerrarse.

Hemos tenido que vencer las reticencias de otros países como Polonia, la República Checa, Suecia, Alemania y Dinamarca, que temían que la apertura europea no fuese acompañada de medidas democratizadoras para Cuba. El proceso es irreversible y, en mi opinión, cuanto más se abra el mundo a Cuba, más se abrirá Cuba al mundo, como dijo Juan Pablo II hace unos cuantos años.

Estados Unidos parece que se ha adelantado y normalizará sus relaciones con Cuba antes que la Unión Europea.

Creo que había intereses muy fuertes en La Habana y Washington a favor de esta normalización. Cuba necesitaba abrirse a nuevos mercados ahora que parece que el petróleo venezolano no va a llegar con la facilidad de antes. El régimen venezolano afronta dificultades económicas y antes de recortar subvenciones a la población revisará el programa de ayuda a los 16 países caribeños a través del petróleo. Luego está Obama, al que le quedan dos años de mandato, y lleva tiempo enviando señales de que deseaba cerrar el capítulo cubano. Panamá había invitado a Cuba a la cumbre de la Organización de Estados Americanos, el próximo mes de abril, y la Casa Blanca quería estar representada al máximo nivel.

Obama y Castro volverán a darse la mano.

 Así es.

Y la economía estadounidense será la gran beneficiada de esta apertura.

No sólo la estadounidense. También la española. Es verdad que los cubanos han construido puertos deportivos, campos de golf y una terminal de contenedores en Mariel pensadas para el mercado estadounidense, pero va a haber oportunidades para todos. Cuba necesita muchas inversiones. Las empresas constructoras y de infraestructuras españolas están muy bien posicionadas y ahora tendrán opción de cerrar buenos proyectos. Los hoteleros españoles, por su parte, sacarán provecho de los turistas norteamericanos que en breve podrán viajar sin problemas a la isla.

¿Este acelerón debería impulsar también las negociaciones políticas entre Cuba y la Unión Europea?

Las relaciones con Cuba se van a acelerar. Así lo voy a proponer a mis colegas de la Unión Europea en el Consejo de Asuntos Exteriores de enero, y tal como dije en mi reciente viaje a La Habana seguiremos insistiendo en el pluralismo político y el respeto a los derechos humanos.

Raúl Castro no lo recibió.

Me entrevisté con los dos vicepresidentes y también me reuní con la conferencia episcopal. Luego, ante el cuerpo diplomático, reiteré la necesidad de un acercamiento y de que Cuba, al mismo tiempo, avanzara en las reformas económicas y políticas. Fue una visita fructífera, en línea con los acontecimientos que hemos visto esta semana.

¿Cuándo cree usted que puede estar listo el nuevo acuerdo de cooperación con Cuba?

Vamos a hacer todo lo posible para que sea cuanto antes.

A Colombia parece que también le iría bien una mano de la diplomacia europea para afrontar la reconciliación con la guerrilla de las FARC.

España está dispuesta a ayudar en lo que haga falta. Vamos a impulsar un fondo fiduciario de la Unión Europea para financiar el posconflicto y vamos a contribuir a las tres des: desmilitarización, desmovilización y desminado. Espero que todo esté listo cuando el presidente Santos visite España en marzo.