El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, participará esta semana en dos conferencias internacionales de relevancia para la paz y estabilidad en Oriente Próximo y el Magreb.
La primera de ellas, que tendrá lugar el miércoles 5 de marzo en París, es una reunión del Grupo Internacional de Apoyo al Líbano, creado en la última la Asamblea General de Naciones Unidas, en septiembre de 2013. El Líbano, donde España tiene desplegadas tropas desde 2007 en el marco de la misión de Naciones Unidas, FINUL, se enfrenta actualmente a importantes retos, especialmente los derivados del conflicto en Siria y de su evolución política interna. Durante la conferencia se analizarán los mecanismos de apoyo que ha establecido la comunidad internacional para ayudar al Líbano a capear el flujo de refugiados provenientes de Siria y las consecuencias económicas del conflicto en el país vecino. Se abordará también la situación política interna en el país, tras la formación de un nuevo gobierno, la reforma de las Fuerzas Armadas, las elecciones legislativas y presidenciales, y la reforma electoral.
El jueves 6 tendrá lugar en Roma la segunda conferencia internacional de apoyo a Libia, en la que se analizará el desarrollo de la transición política en curso en ese país. Esta reunión sigue a la que se celebró en febrero del año pasado en París, que estuvo especialmente centrada en la seguridad en Libia. En la reunión del jueves participará una treintena de países y varias organizaciones internacionales que analizarán los graves desafíos políticos que tienen que superar las instituciones libias. España, desde el inicio de la revolución que depuso a Gadafi, ha apoyado una Libia unida, estable y democrática que responda a las demandas legítimas de los libios. Solucionar los problemas políticos, y también los de seguridad, que tiene Libia es un requisito esencial para la paz y estabilidad regionales.
Estas dos conferencias serán oportunidades para que la comunidad internacional reitere su apoyo a dos países árabes que siguen enfrentándose a las consecuencias del brusco cambio político que se inició con la revolución de Túnez, en diciembre de 2010, y que ha tenido enormes repercusiones regionales e internacionales.