El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación en funciones, José Manuel Albares, ha reconocido el papel clave de las personas cooperantes al canalizar la solidaridad de la sociedad española para contribuir a resolver desafíos globales como la pobreza, el hambre o la emergencia climática.
Durante su intervención en la celebración del Día del Cooperante, Albares ha dicho que la nueva Ley de Cooperación para el Desarrollo Sostenible y la Solidaridad Global, aprobada el pasado mes de febrero, sirve para dignificar las carreras profesionales de los cooperantes al entender que “son las que permiten que los proyectos sean posibles y mejore la vida de las personas, y esto debe reflejarse en un apoyo constante a su trabajo”.
Albares ha destacado, en esta jornada en la que se homenajea la labor de los 2.594 españoles y españolas que se dedican a la cooperación internacional, que esta nueva ley es el marco en el que se está elaborando el nuevo Estatuto de las Personas Cooperantes. Este Estatuto reconocerá su papel fundamental al servicio de la cooperación e introducirá mejoras en sus condiciones laborales, sentando las bases que aseguren la atracción, retención, capacitación y promoción del talento, “especialmente en un momento en el que las crisis en tantos lugares del planeta, desde el Sahel hasta Ucrania, hacen que su trabajo cobre una especial importancia para lograr un mundo más justo, sostenible y en paz”.
En los actos de celebración del Día de las Personas Cooperantes el foco ha estado en los propios profesionales de la Cooperación, con especial hincapié en su compromiso solidario y en la explicación de los desafíos a los que se enfrentan en su trabajo cotidiano. La secretaria de Estado de Cooperación Internacional en funciones, Pilar Cancela, ha subrayado que con la nueva ley se aspira a “reforzar el sistema de la Cooperación Española y avanzar hacia una cooperación de todos y de todas, que preste especial atención a las personas al servicio de la cooperación al desarrollo sostenible”. Cancela ha indicado que “un sistema de cooperación reforzado es la mejor defensa que podemos ofrecer a los casi 2.600 cooperantes que componen nuestra red”.
Por su parte, el director de la Agencia de Cooperación AECID, Antón Leis, ha resaltado el “compromiso solidario de estas personas, que acompañan a la voluntad del conjunto de la sociedad española que se encuentra entre los países de la Unión Europea donde el apoyo social a la cooperación y a la ayuda a los países en desarrollo es mayoritario”, tal y como refleja año tras año el Eurobarómetro.
Más mujeres cooperantes
Durante el evento en la AECID, Antón Leis ha presentado el estudio que anualmente elabora la Agencia sobre el colectivo de personas cooperantes españolas en el exterior. El perfil más habitual es el de una mujer mayor de 35 años, que trabaja en África Subsahariana para una ONGD o como personal religioso. Las mujeres representan el 53 % del total de los 2.594 españoles que se encuentran ahora mismo destacados en el exterior y que se dedican profesionalmente a la cooperación internacional para el desarrollo y a la acción humanitaria.
El número total de cooperantes se mantiene en cifras muy similares a años anteriores, a pesar de la difícil situación actual por la que atraviesan países receptores habituales de la Cooperación Española como Níger, Nicaragua o Haití. Esta estabilidad en las cifras reafirma el compromiso de España con la cooperación internacional. AECID, como organismo encargado de gestionar la cooperación española en el ámbito público, ha incrementado en un 3 % su presencia en el exterior en este 2023.
Según el estudio de AECID, España tiene actualmente desplazados en el exterior cooperantes llegados de todas las Comunidades Autónomas, así como de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. El colectivo más numeroso procede de la Comunidad de Madrid (23 % del total), seguido por Cataluña (13 %), Andalucía (12 %), Castilla y León (10 %) y País Vasco (7 %).
Las personas cooperantes españolas trabajan en más de 90 países en todo el mundo. Casi la mitad de ellos (un 43 %) desarrolla su labor en el África Subsahariana mientras que el resto se distribuye entre el 23 % que está asentado en América del Sur, el 14 % de América Central y el Caribe, un 6 % en Asia y Pacífico, un 6 % en el Magreb, otro 6 % en Oriente Medio y Próximo y el 2 % restante en Europa.
Los países que destacan en cuanto a número de cooperantes son Mozambique, con 179;0 Bolivia, con de 166 cooperantes españoles y españolas trabajando allí; República Democrática del Congo, con 121 personas; y Colombia, que cuenta con la presencia de 117 cooperantes.
Según el informe, realizado a partir de los datos facilitados por las Embajadas y unidades de la Cooperación Española en el exterior, el 37 % de las personas que se dedican a la cooperación para el desarrollo y la acción humanitaria en los países receptores de Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) son religiosos y religiosas. El segundo grupo mayoritario, un 27 %, es personal que trabaja bajo coordinación de Organizaciones No Gubernamentales de Desarrollo (ONGD). Un 23 % trabaja para organismos internacionales dedicados a la cooperación, el 7 % del personal español destacado en terreno forma parte de la AECID y el 6 % restante trabaja para distintas organizaciones al mismo tiempo o no ha sido posible definir su puesto.