La Ministra de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación de España, Arancha González Laya, y la Ministra de Asuntos Exteriores y Ministra de la Mujer de Australia, Marise Payne co-organizaron hoy la reunión virtual de Ministras de Asuntos Exteriores para abordar las consecuencias de la pandemia de COVID-19 para las mujeres y las niñas, con especial atención a las víctimas y supervivientes de la trata de personas. Las Ministras de Andorra, Bélgica, Bulgaria, Estonia, Guinea Bissau, Kenia, Libia, Liechtenstein, Noruega, Sudáfrica, Sudán, Suecia y Timor Leste realizaron aportaciones valiosas para abordar este complejo delito.
Las Ministras reiteraron su compromiso de seguir promoviendo la igualdad de género en todo el mundo y han expresado su preocupación constante por los efectos de la pandemia en las niñas y las mujeres. Las profundas consecuencias económicas de la COVID-19 no solo están acrecentando las situaciones de vulnerabilidad, sino que también han aumentado el riesgo de la trata de personas en todo el mundo. Las Ministras manifestaron su inquietud por la incidencia desproporcionada en este colectivo, que representa más del 70 % del total de víctimas y supervivientes detectados en todo el mundo.
Las niñas y las mujeres son víctimas de la trata con fines de explotación sexual, ya sea de forma virtual o en persona, de matrimonio precoz y forzado, así como de trabajo forzoso y otras formas similares de explotación. Esta clase de abusos tiende a ser invisible: con frecuencia las víctimas son explotadas con impunidad y de manera silenciosa.
Las Ministras reconocen las dimensiones en el plano de los derechos humanos, la economía, el género y la justicia de este delito transnacional, al igual que la importancia de que las administraciones colaboren con la sociedad civil, las empresas, las organizaciones internacionales y otros grupos de interés en los países de origen, tránsito y destino para prevenir y enjuiciar estos delitos y prestar apoyo a las supervivientes.
Conscientes del potente efecto multiplicador que el sector financiero mundial puede tener a la hora de abordar la trata de seres humanos y apoyar la inclusión financiera, las Ministras han hecho suyas las recomendaciones del plan de la Comisión del Sector Financiero para 2019 dirigido a movilizar fondos contra la esclavitud y la trata de personas (Blueprint for Mobilizing Finance against Slavery and Trafficking), y han examinado su ejecución en sus respectivas regiones.
Conocedoras de la importancia que tiene una estrategia centrada en las víctimas, las Ministras han instado a todos los gobiernos a seguir respaldando el fondo fiduciario de contribuciones voluntarias de las Naciones Unidas para las víctimas de la trata de personas, especialmente mujeres y niños, que concede subvenciones a organizaciones de la sociedad civil que trabajan con supervivientes de todo el mundo.
Las co-organizadoras —la Ministra de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación de España, Arancha González Laya, y la Ministra de Asuntos Exteriores y Ministra para la Mujer de Australia, Marise Payne— han acordado aprovechar las futuras oportunidades que deparen la Asamblea General de las Naciones Unidas y los foros regionales, en especial, la OSCE y el Proceso de Bali, para proseguir este importante debate.
«El mayor acceso a Internet de alta velocidad nos ha permitido trabajar desde casa y mantener el contacto con nuestras familias y amigos cuando se adoptaron las medidas de confinamiento necesarias para frenar la pandemia, y, sin embargo, esta facilidad para comunicarnos online ha agravado el riesgo de explotación. Los traficantes de personas han sido capaces de explotar a niñas y mujeres en sus propios hogares, invisibilizándolas como víctimas aún más que antes de la pandemia. Los poderes públicos están redoblando sus esfuerzos para luchar contra la trata de seres durante la pandemia. No permitiremos que los más vulnerables pierdan la esperanza», afirmó la Ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya.
«Ahora, más que nunca, la colaboración internacional es fundamental para combatir la trata de personas, pues somos conscientes del aumento de los riesgos para niñas y mujeres que ha traído consigo la crisis de la COVID-19. Abordar un delito tan atroz como es la explotación hará que todos los países se conviertan en lugares más seguros, más justos y más prósperos», señaló la Ministra de Asuntos Exteriores, Marise Payne.