El Secretario de Estado para la Unión Europea, Juan González-Barba, ha concluido hoy un viaje de trabajo a Austria.
Esta visita se produce en un momento decisivo para la Unión Europea cuando la segunda ola de la pandemia COVID19 arrecia en Europa. Resulta capital que los Estados miembros hagan un esfuerzo por acercar posturas en temas que marcarán un futuro de éxito para la UE. A través del diálogo fluido a lo largo de la pandemia, Austria y España buscan generar espacios de consenso en diversos dosieres europeos. El Secretario de Estado ha aprovechado para reiterar a sus interlocutores un mensaje de colaboración por parte del Gobierno de España.
Durante su estancia en Viena, el Secretario de Estado se reunió con su homóloga austriaca, la Ministra Federal para la UE y la Constitución, Karoline Edtstadler, quien ya visitó España el pasado mes de febrero. El Secretario de Estado ha podido abordar con la Ministra Edtstadler la situación de la epidemia del COVID-19 y otros aspectos relevantes en el ámbito de la Unión Europea: Plan de Recuperación de la UE, relación futura UE-Reino Unido, Marco Financiero Plurianual, nuevo Pacto Migratorio y de Asilo europeo, Ampliación de la UE, Mecanismo de Estado de Derecho o la Conferencia sobre el Futuro de Europa, entre otros.
España considera una prioridad imprimir la máxima celeridad a la respuesta europea a la crisis económica generada por la pandemia y hace un llamamiento a las instituciones europeas y los Estados miembros a aparcar diferencias para dar respuestas rápidas a las demandas de los ciudadanos europeos.
Durante la visita, el Secretario de Estado se ha reunido también con el Secretario General del Ministerio Federal para Asuntos Europeos e Internacionales, el Embajador Peter Launsky, con quien ha repasado los principales capítulos de la relación bilateral, como futuras visitas a alto nivel o las relaciones económicas bilaterales. Cabe destacar en particular el gran interés en Austria por la cultura y por los artistas españoles, cuya presencia ha aumentado en número estos últimos años, así como por la buena salud de la lengua española, con nuestro Instituto Cervantes en Viena como testigo privilegiado de ese creciente interés de los austriacos.