El secretario de Estado para la Unión Europea, Íñigo Méndez de Vigo, ha intervenido en la sexagésimo-cuarta apertura del curso académico 2013-2014 del Colegio de Europa.
El Colegio de Europa es una de las más prestigiosas instituciones académicas, especializado en estudios e investigación de posgrado sobre cuestiones europeas en los ámbitos del Derecho, la Economía y la Ciencia política. Fundado en 1949 en el marco de la construcción de las instituciones europeas, es considerado un referente de la Unión Europea en el ámbito educativo. Cada curso recibe el nombre de una destacada personalidad europea; esta promoción está dedicada a Voltaire. Los discursos de apertura del curso constituyen un referente sobre la actualidad política europea. Entre los últimos intervinientes se encuentran el Presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, la Canciller Merkel y el Presidente de la República italiana, Giorgio Napolitano.
Méndez de Vigo ha articulado su discurso en torno a la figura de su compatriota Salvador de Madariaga, promotor y uno de los fundadores del Colegio de Europa, además de haber sido uno de los más relevantes europeístas de su momento. Sobre la base del pensamiento y la acción política de Madariaga, el secretario de Estado ha hecho balance de los logros de Europa desde la creación de las primeras instituciones, tanto en lo económico-social como en lo político, y ha planteado los retos a los que Europa se enfrenta.
Méndez de Vigo ha defendido la superación de la crisis a través de la idea del diálogo, la comprensión del otro y la búsqueda del consenso y ha enfatizado que “el Colegio de Europa es el mejor exponente de la iniciativa educativa de poner a estudiar, trabajar y vivir conjuntamente a los enemigos de la víspera. Reuniendo en una misma ciudad a estudiantes provenientes de diferentes países cuyos padres y abuelos habían combatido en trincheras opuestas. Madariaga buscaba la cicatrización de las heridas a través del conocimiento y el trabajo en común”.
Madariaga que, según Méndez de Vigo, fue al mismo tiempo “profundamente gallego, rabiosamente español y ardorosamente europeo” fundamentó su compromiso con las ideas europeístas en la tradición socrática que exigía libertad de pensamiento, y la cristiana, que demandaba respeto para la persona humana por el sólo hecho de serlo. Asimismo, destacó que “Madariaga seguiría impulsando la integración europea sobre la base de los valores culturales comunes que nos unen a todos”.
Finalmente, Méndez de Vigo ha señalado la importancia de las próximas elecciones europeas en mayo de 2014 como una buena ocasión para “articular una nueva narrativa europea y hacer pedagogía sobre Europa”. Esa nueva narrativa, “el European way of life” inspirada en los principios de responsabilidad y cohesión, de mutua confianza y solidaridad, debe poner en valor los logros de las últimas décadas en ámbitos de libertades, justicia y respeto a los derechos fundamentales que son la antítesis de las corrientes populistas y eurófobas incapaces de construir nada.
Méndez de Vigo ha concluido con una reflexión de Madariaga: “Europa no será una realidad hasta que no lo sea en la conciencia de sus ciudadanos”. Por eso, Europa necesita ciudadanos responsables que elijan a políticos que aúnen visión y ambición para responder a los desafíos que tiene planteados nuestro continente. “La construcción europea sigue siendo la más hermosa utopía del siglo XX”.