En la comparecencia conjunta de los siete jefes de Estado y de Gobierno participantes en la Cumbre, Mariano Rajoy destacó que los aíses del Sur de la UE comparten "intereses y retos". "Nos reunimos aquí -dijo- con el único objetivo de aportar valor añadido al proceso europeo e intentar tener una posición común en los temas que importan a los ciudadanos". En opinión del jefe del Ejecutivo español, mantener el crecimiento económico y la creación de empleo debe seguir siendo la gran prioridad de la Unión Europea en los próximos años, lo que requiere "perseverar en las políticas reformistas" que han permitido aumentar la competitividad. Asimismo, Mariano Rajoy apuntó que otra meta en la que han coincidido los participantes en la Cumbre es profundizar en la Unión Económica y Monetaria. "Hay que cerrar a la mayor celeridad posible la Unión Bancaria y completar el mercado interior, fundamentalmente el de la energía", manifestó. Entre los grandes retos de la UE, el presidente del Gobierno incluyó también completar el mercado único digital y conseguir más tratados de libre comercio.
Por otra parte, Mariano Rajoy señaló que la inmigración es uno de los retos más importantes que tiene planteados la Unión Europea porque afecta a todos los países. Y, al respecto, reclamó más ayuda al control de las fronteras “porque estamos en un territorio donde no se puede dejar a los Estados nacionales en solitario". Además, defendió que la Unión debe dotar de más recursos a su política exterior con el fin de "luchar contra la pobreza en el continente africano, mejorar su situación y luchar contra las mafias".
A la reunión de Roma asistieron el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy; los presidentes de Francia, Emmanuel Macron, y de Chipre, Nicos Anastasiades, así como los primeros ministros de Italia, Paolo Gentiloni; de Malta, Joseph Muscat; de Grecia, Alexis Tsipras, y de Portugal, Antonio Costa.
La declaración suscrita al término de la IV Cumbre recoge el firme compromiso de los siete países mediterráneos con una política migratoria común y su petición de que el peso del flujo migratorio sea compartido a nivel comunitario, al considerar este fenómeno uno de los "retos fundamentales" del continente en los próximos años. Se subraya también que la Unión Europea tendrá que redoblar su lucha contra la trata de personas y las nuevas formas de esclavitud, garantizando los derechos humanos de todas las personas y protegiendo a los grupos más vulnerables. Asimismo, los líderes instan a continuar con la financiación adecuada de instrumentos comunitarios como el Fondo Fiduciario de la UE para África y apuestan por un "nuevo y común sistema de asilo europeo" basado en "un verdadero respeto de los principios de responsabilidad y solidaridad, en particular hacia los Estados en la primera línea" de este fenómeno.