El próximo 22 de octubre culminará el proceso de revisión de la Resolución 1325 (2000) sobre Mujeres, Paz y Seguridad bajo presidencia española del Consejo de Seguridad. España está particularmente comprometida con este proceso, que requiere un cambio en la forma de abordar las situaciones de conflicto en el mundo.
La Resolución 1325 (2000) es una resolución emblemática; el Consejo de Seguridad por primera vez se ocupó del papel de la mujer en las situaciones de conflicto y post-conflicto. Con posterioridad se ha ido aprobando un marco normativo sobre las necesidades específicas de protección de las mujeres en situaciones de conflicto (en particular, ante la preocupante generalización de la violencia sexual como arma de guerra y de terrorismo en muchas zonas de África y de Oriente Próximo) y sobre el papel de agente activo que las mujeres deben jugar en los procesos y negociaciones de paz, si queremos que ésta sea sostenible a largo plazo.
España trabaja activamente y con total dedicación con otros miembros del Consejo de Seguridad, con otros países afines, con el sistema de NNUU y con representantes de la sociedad civil para que el próximo mes de octubre la comunidad internacional asuma compromisos ambiciosos en materia de prevención, protección y participación de las mujeres en los procesos de construcción y consolidación de la paz. Y ello porque no se trata sólo de abordar necesidades en materia de protección, sino también de dejar de contemplar a la mujer exclusivamente como una víctima y convertirla en agente necesario en la construcción de una paz duradera.
Tras organizar un diálogo interactivo entre los miembros del Consejo de Seguridad y los presidentes de los tres paneles encargados de elaborar los informes de revisión de la Resolución 1325, de las Operaciones de Paz y de la arquitectura de consolidación de la paz el pasado mes de mayo, España remitió una carta a toda la membresía de la ONU apelando a la asunción de nuevos compromisos en este campo. España co-presidió, junto con el Reino Unido, una reunión en Nueva York a nivel de Embajadores con objeto de llamar la atención acerca de la falta de avances en esta materia y para marcar una hoja de ruta sobre posibles compromisos nacionales en los que un nutrido grupo de países podría ponerse de acuerdo. Se invitó también a los representantes de algunas organizaciones regionales, puesto que también éstas tienen un importante papel en la aplicación de esta agenda.
España está, además, realizando una tarea paralela de movilización de los actores clave de la Secretaría y ONU-Mujeres. Con este propósito, el Representante de España ante las Naciones Unidas en Nueva York se ha reunido con los Secretarios Generales Adjuntos de los Departamentos de Operaciones de Mantenimiento de la Paz y de Asuntos Políticos, respectivamente, a fin de solicitarles que el Secretario General presente compromisos concretos a corto plazo, con ocasión del debate abierto que nuestro país organizará en octubre, coincidiendo con el quince aniversario de la Resolución 1325. Estamos trabajando con el Departamento de Información Pública de NNUU y ONU-Mujeres para lanzar una campaña mediática que contribuya a la labor de concienciación necesaria.
España tiene la intención de proponer el Consejo de Seguridad la adopción de una nueva resolución que defina la responsabilidad del Consejo de Seguridad en esta materia, que exija resultados al sistema de NNUU, y que aborde amenazas ausentes de la Resolución 1325 y sucesivas, como el papel de la mujer en la lucha contra el extremismo violento.