La Reunión de los Estados Partes en la Convención de la UNESCO sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático de 2001 que tuvo lugar en París los días 20 y 21 de junio identificó cinco ejemplos de prácticas idóneas para la protección del patrimonio cultural subacuático. Se trata de:
El proyecto de la fragata Nuestra Señora de las Mercedes (España).
Excavación, reconstrucción, restauración y presentación pública de la barcaza Arles-Rhône 3 (Francia).
Patrimonio Cultural Subacuático del Banco Chinchorro (México).
Carta Arqueológica Subacuática de las Azores (Portugal).
El fenómeno del río Ljubljanica (Eslovenia).
Los ejemplos de prácticas idóneas, designados por recomendación del Consejo Consultivo Científico y Técnico de esta Convención, son proyectos presentados por los Estados Partes que promueven el acceso público responsable al patrimonio cultural subacuático, promueven la investigación científica y garantizan la gestión sostenible de los sitios arqueológicos sumergidos.
“Al designar estas buenas prácticas, la UNESCO promueve soluciones concretas y directamente aplicables para la protección del patrimonio sumergido. Hago un llamamiento a todos los Estados y a todas las partes interesadas para que se inspiren en él y amplíen el movimiento de protección de estos restos, que son portadores de la memoria de nuestra historia humana”, declaró Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO.
La reunión de los Estados Partes estuvo presidida por el embajador de Túnez ante la UNESCO, Ghazi Gherairi. Reúne, al menos una vez cada dos años, a todos los principales interesados que participan en la aplicación de la Convención.
La reunión tuvo lugar al término de la Conferencia Internacional sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático celebrada en Brest (Francia) del 17 al 19 de junio, en presencia de la Directora General de la UNESCO, de Jean-Yves Le Drian, ministro francés de Europa y Asuntos Exteriores, diplomáticos y varios expertos internacionales. Los participantes destacaron las amenazas que pesan sobre el patrimonio cultural subacuático, como el saqueo y el cambio climático, y pidieron una mayor protección y valorización de este patrimonio.
Aprobada en 2001, la Convención sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático tiene por objeto mejorar la protección de los millones de pecios y vestigios históricos que yacen en el lecho marino. Este tratado internacional es una respuesta al saqueo y la creciente destrucción del patrimonio subacuático, expuesto a los cazadores de tesoros. La Convención también tiene por objeto promover el acceso del público a este patrimonio y fomentar la investigación arqueológica. Hasta la fecha, ha sido ratificada por 61 Estados.