España tuvo relación durante unos trescientos años con las comunidades autóctonas y nativas de los actuales Estados Unidos (la Nación Pueblo en el actual Estado de Nuevo México, o la Nación Chiksaw, hoy en Oklahoma, por ejemplo) y con las Trece Colonias británicas de la costa oriental americana.
Las relaciones bilaterales de España con los EEUU propiamente dichos se inician en el momento mismo del nacimiento del país, a finales del siglo XVIII, con la ayuda española en la Guerra de Independencia (comúnmente llamada en EEUU The Revolutionary War) encarnada en el gobernador de Luisiana Bernardo de Gálvez, que consiguió mantener a una parte de las fuerzas británicas en el Sur, impidiendo así que reforzaran al ejército inglés que luchaba contra las fuerzas de Washington y de Rochambeau en el Norte.
Estados Unidos y España establecieron relaciones diplomáticas en 1785, tan sólo dos años después de la independencia norteamericana. En 1795 firmaron el primer tratado bilateral, un Tratado de Amistad, Límites y Navegación, definiendo las relaciones de convivencia y vecindad entre los territorios españoles del Virreinato de Nueva España y la nueva nación.
Las relaciones de amistad se vieron sujetas, sin embargo, a tensiones durante el siglo XIX, debido al interés norteamericano por el territorio de la Florida, objetivo que consiguieron por el Tratado Adams-Onís de 1819. Los EEUU tampoco disimularon su apoyo a los movimientos de emancipación e independencia de las colonias españolas en América. Movían a ello a EEUU tanto razones ideológicas, de defensa del liberalismo frente a los sistemas absolutistas, como económicas, a favor del libre cambio y en contra del proteccionismo comercial practicado por España con sus colonias, y políticas, dadas las ambiciones de expansión territorial de los EEUU. Estas tensiones culminaron en el enfrentamiento de 1898, que supuso para España la pérdida de los últimos territorios de ultramar y la consiguiente ocupación por EEUU de Cuba, Puerto Rico, Filipinas, las Islas Marianas y Guam.
Tras esta guerra y el posterior “repliegue” español en los asuntos internacionales, hubo un periodo anodino en lo bilateral. Pero la Guerra Civil española cambió la situación. La mayoría de la opinión pública y de la clase política estadounidenses se inclinó claramente por el bando republicano, aunque algunos manifestaron reticencia a ayudar a un régimen al que apoyaba la Unión Soviética. Lo cierto fue que, pese al Acta de Neutralidad promulgada por el presidente Roosevelt en 1935, renovada en 1937, aproximadamente unos 3.000 estadounidenses formaron parte de la Brigada Abraham Lincoln que combatió junto al Ejército republicano. Estos hechos, unidos a la simpatía y al inicial apoyo que el régimen del general Franco mostró por la Alemania nazi, contribuyeron sin duda al enfriamiento de las relaciones bilaterales durante la Segunda Guerra Mundial y en los años inmediatamente posteriores. Este enfriamiento culminó, tras la aprobación de la Resolución 39 (II) de la Asamblea General de Naciones Unidas, por la que se condenaba al nuevo régimen político español, con la interrupción de las relaciones diplomáticas bilaterales entre 1946 y 1951.
La evolución de la situación geopolítica en el continente europeo, con el inicio de la Guerra Fría entre los dos grandes bloques encabezados respectivamente por EEUU y la entonces URSS, llevó finalmente a un replanteamiento de la posición estadounidense hacia España y a la firma en 1953 de sendos Convenios de Defensa y Ayuda Económica. Se inicia así una serie ininterrumpida, hasta la fecha, de acuerdos bilaterales de cooperación, con especial incidencia en el área de la seguridad y la defensa, que han venido marcando los últimos sesenta años de las relaciones hispano-estadounidenses. A lo largo de estos años se han ido produciendo, como es lógico, importantes variaciones en el contenido de estos acuerdos. Las cláusulas de ayuda económica desaparecieron paulatinamente, y el estatus de las instalaciones militares estadounidenses en España cambió hasta acabar como “instalaciones de apoyo” con “autorizaciones de uso” en bases y centros sujetos a la plena soberanía española. Rige en la actualidad en este ámbito el Convenio sobre Cooperación para la Defensa de 1 de diciembre de 1988 con las modificaciones introducidas por los Protocolos de Enmienda de 10 de abril de 2002, de 10 de octubre de 2013 y de 17 de junio de 2015.
El final del régimen franquista abrió una nueva etapa en las relaciones bilaterales entre EEUU y España. Ya el 11 de diciembre de 1975, menos de un mes después de la muerte del general Franco y de la posterior coronación de SM el rey Don Juan Carlos I, el Senado estadounidense aprobó una declaración en la que manifestaba su apoyo a los cambios que se avecinaban en España. El 24 de enero de 1976 se firmó en Madrid un nuevo Tratado de Amistad y Cooperación bilateral, lo que constituyó una nueva muestra de apoyo del Gobierno estadounidense. En junio de 1976, durante su primer viaje oficial al extranjero, se produjo una transcendental visita del monarca español a EEUU, visita en el curso de la cual fue recibido en la Casa Blanca por el presidente Gerald Ford e intervino en una solemne sesión ante los miembros del Congreso; esta visita sirvió en España para impulsar la adopción de las reformas democráticas necesarias para el proceso de transición política española y sirvió además para obtener un considerable apoyo y reconocimiento internacional.
Las relaciones entre Washington y Madrid se reforzaron también con la incorporación de España a la Alianza Atlántica, tras la firma del Protocolo de Adhesión en diciembre de 1981 y su posterior entrada en vigor, incorporación que, aunque cuestionada en un primer momento por el Gobierno socialista que llegó al poder en España en octubre de 1982, se vio ratificada por el pronunciamiento favorable a la misma de la mayoría de los españoles que participaron en el referéndum convocado al efecto en marzo de 1986.
1986 fue igualmente el año de la incorporación de España a las entonces llamadas Comunidades Europeas –la Unión Europea de nuestros días-, una decisión de política exterior con importantísimas repercusiones en el plano interno que contó también con el firme y decidido apoyo de EEUU, una vez que se salvaron algunos diferendos de índole comercial. El ingreso de España en las estructuras euroatlánticas de cooperación en defensa (OTAN), y de integración política y económica europea (CEE y CECA) devolvió a España un papel de primer orden en el marco transatlántico, que no tenía al menos desde 1898.
Este cambio en la situación geopolítica de España contribuyó considerablemente a reforzar los lazos con EEUU. Buena muestra de ello fue el protagonismo de España en 1995, durante su entonces Presidencia del Consejo de la Unión Europea, en el lanzamiento de la llamada Nueva Agenda Transatlántica, documento político de naturaleza programática llamado a dotar de un nuevo impulso a las relaciones de la Unión Europea con EEUU.
A partir de 1996 el proceso de privatización emprendido por el Gobierno favoreció el aumento de la inversión norteamericana en nuestro país, al tiempo que las empresas españolas incrementaban su presencia en Latinoamérica. Posteriormente España se incorporó en 1999 a la estructura militar de mandos de la OTAN. Todo ello favoreció un mayor estrechamiento de nuestras relaciones con los EEUU.
Destaca, en los últimos años, la visita a Washington de SM el rey Felipe VI el 19 de junio de 2018, y su encuentro con el presidente Donald Trump.
S.M. había visitado antes Nueva Orleáns en Luisiana, y San Antonio, en Texas, para celebrar los respectivos centenarios de la fundación de dichas ciudades. El presidente del Gobierno Rajoy también visitó Washington y se reunió con el presidente Trump en septiembre de 2017. Asimismo, hay que destacar las buenas relaciones con el Congreso de EE.UU donde existe un Grupo de Amigos de España, y las buenas relaciones con congresistas hispanos.
SM el Rey viajó en enero de 2022 a Puerto Rico con motivo del Quinto Centenario de la Fundación de su capital, San Juan. La visita del Rey, que ya había estado en la Isla en 2016, con motivo del Congreso de la Lengua Española, incidió especialmente en el vínculo histórico y cultural con Puerto Rico. En enero de 2022 visitó Washington el Ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares.
En junio de 2022, el presidente Biden hizo una visita a Madrid en la antesala de la Cumbre de la OTAN. Durante la misma, se firmó una declaración conjunta y se acordó la modificación del Acuerdo bilateral de defensa, que permitirá el anclaje de dos nuevos destructores estadounidenses en la base naval de Rota.
En mayo de 2023 el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, fue invitado a la Casa Blanca donde se reunió con el presidente de los Estados Unidos, Joseph Biden. Ambos líderes repasaron el excelente estado de las relaciones bilaterales e impulsaron la cooperación bilateral ante retos globales como la emergencia climática, ciencia y tecnología o las migraciones, favoreciendo la creación de oportunidades para nuestras empresas y trabajadores.