Guardamos aquello que valoramos, aquello que tiende puentes entre el pasado y el presente. De esa aspiración nace también la necesidad de conservar el patrimonio documental y archivístico en cualquier sociedad. Este 27 de enero, Día Internacional del Conservador Restaurador, destacamos el trabajo de quienes se dedican profesionalmente a conservar y restaurar el patrimonio, facilitando que el legado cultural de nuestro pasado y presente llegue a generaciones futuras. Y muy especialmente, de aquellas personas que colaboran con el Programa ACERCA de Capacitación para el Desarrollo en el Sector Cultural de la Cooperación Española y la Red de Centros Culturales, y comparten sus conocimientos y herramientas con profesionales de otros países.
PRESERVAR LA MEMORIA COLECTIVA
En El Salvador, 30 profesionales de archivos, bibliotecas de museos, universidades e instituciones vinculadas con la conservación del patrimonio cultural y documental —como la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” (UCA) y su Centro de Recursos para el Aprendizaje y la Investigación P. Florentino Idoate, S.J. (CRAI); la Universidad Nacional de El Salvador (UES) y su área central de archivo; y el Museo de la Palabra y La Imagen (MUPI y la Comisión Nacional de Búsqueda El Salvador— participaron en 2024 en el taller «Nuestros archivos, nuestros tesoros», organizado por el Centro Cultural de España en El Salvador (CCESV).
El taller, enfocado a la gestión de archivos y documentos históricos, fue impartido por la restauradora y directora del Institut Valencià de Conservació, Restauració i Investigació (Generalitat Valenciana) Gemma Contreras Zamorano. La formación ayudó a las personas participantes no solo a ampliar sus conocimientos acerca de temas fundamentales sobre conservación y restauración del patrimonio documental y los materiales de archivo, sino también a sensibilizarse sobre su importancia para la preservación de la memoria e identidad colectiva, particularmente en el contexto de las comunidades locales y su historia.
El trabajo de Gemma Contreras da buena muestra de ello. Por sus manos han pasado documentos tan valiosos y dispares como los bocetos del pintor Joaquín Sorolla realizados para la Spanish Society, la biblia de San Vicente Ferrer, del siglo XII, o los títulos de propiedad de los pueblos indígenas de Jinotega (Nicaragua). “Esos títulos estuvieron enterrados durante once años en un saco de café en una zona húmeda. Estaban todas las hojas adheridas unas a otras”, cuenta Gemma en una entrevista concedida a La Radio Tomada del CCESV durante su estancia en El Salvador. Con muchísimo esfuerzo pudieron restaurar y volver a dar vida a estos documentos que han ayudado a estas comunidades a reivindicar la propiedad de sus tierras. “Estas comunidades pudieron demostrar que tenían derecho, al menos, a vivir en estas tierras”.
Gemma trabaja en la actualidad en el rescate de las memorias familiares y la recuperación de los bienes comunes y espacios de encuentro en Valencia, tras el temporal (DANA) que asoló numerosos municipios de esta provincia española y afectó a archivos municipales, judiciales, parroquiales, almacenes de obras de arte e iglesias, entre otros bienes. “Todavía queda hacer balance de todos los bienes que, aunque estabilizados, requieren un proceso de restauración en profundidad”, nos cuenta. “A este respecto, la prioridad habitual de las intervenciones no va a estar marcada por la importancia histórico-artística de cada pieza, sino por el valor que estas comunidades otorguen a esos bienes”, señaló Gemma.