Fascinado por la capacidad holandesa de conciliar legados aparentemente contradictorios, como la afluencia del dinero en una sociedad igualitaria y predominantemente calvinista, el duque de Baena ya consideraba en los años 60 que “el encanto del país era que todo se hacía de una forma completamente distinta que en resto del mundo”.
En todo caso y volviendo al presente, en un entorno globalizado, digital y progresivamente acelerado como es el Siglo XXI, y como miembros de la Unión Europea, los países se ven abocados a una necesaria cooperación internacional.
En palabras de la Embajadora, “Cuando los gobiernos español y neerlandés copatrocinaron un non paper sobre estrategia autonómica o sobre regulación fiscal en Europa, muchos se sorprenden.
Sin embargo, tal y como afirmó el Presidente del Gobierno español en la visita del Primer Ministro Rutte en marzo, ‘nos une un largo pasado, un presente dinámico y un futuro ilusionante’.
Tanto los Países Bajos, uno de los fundadores de la UE, y España, que forma parte desde hace 36 años, son miembros fuertemente comprometidos con la Unión Europea. La guerra y la pandemia han contribuido a que Europa abandone estereotipos. España y los Países Bajos pueden constituir un ejemplo de cooperación reforzada.
Europa se ha adentrado en una nueva era en la historia desde que la Federación Rusa atacó Ucrania. Recientemente 44 naciones se reunieron para consensuar un nuevo modelo de seguridad en el continente y consolidar el estado de derecho como base de las relaciones internacionales. Las consecuencias de este conflicto tienen un efecto global en términos de escasez de alimentos, crecimiento económico y riesgos de seguridad.”
La Embajadora agradeció al personal de las oficinas su esfuerzo en estos años tan difíciles y saludó a la colectividad, subrayando su contribución a través de asociaciones, clubs, centros y revistas, una labor de acogida, de información y de vertebración de la colectividad que es tan importante para los recién llegados.