Luis Alberto Llaneza ofreció en este encuentro con el público argentino un programa musical variado que proponía un recorrido por las diferentes culturas presentes de forma especial, por su influencia, en la española, como la judía, la árabe o la latinoamericana, a las que intercaló piezas de zarzuela, un género musical y teatral genuinamente español.
Tras su presentación por Juan Duarte, Consejero Cultural de la Embajada, inició su repertorio con tres canciones tradicionales sefardíes de melodía triste (A la una nací yo, Cuatro años d’amor y Adió, querida), seguidas de una balada árabe (A mi nazarena, de A. Reparaz); canciones españolas como El Trípoli, de B. De Laserna; Tus ojitos negros, de Falla; Sevillanas, del siglo XVIII, de Federico García Lorca, o el Canto Gitano, de Granados; latinoamericanas del folclore peruano (Triste con fuga de tondero, de M. Aymara) o cubanas (Te vas juventud, de Lecuona).
Hubo también un homenaje a la canción argentina con tres temas de Carlos Guastavino, el compositor que musicalizó el poema de Alberti, La Paloma (“Se equivocó la paloma, se equivocaba, por ir al norte fue al sur, creyó que el trigo era agua, se equivocaba”), y que popularizó, entre otros, Serrat. De este compositor santafesino escogió Milonga de dos hermanos, con versos de Borges; la canción Pueblito, mi pueblo y Cortadera, plumerito.
El barítono, comprometido con la musicología y refiriéndose a la zarzuela, confesó como un deber, o tal vez un gusto, “recuperar y mostrar al público piezas menos conocidas de este género que él no considera chico”, “hay óperas buenas y óperas malas, lo mismo ocurre con la zarzuela”.
Lo común, según mencionó, es que “se conozcan unas cien, mientras que en Madrid hay censadas como unas once mil quinientas”. De ellas, de las olvidadas o no tan conocidas, escogió del maestro Francisco Alonso la Canción del gitano de la zarzuela La Linda tapada y El Guitarrico, de Agustín Pérez Soriano.
Juan Duarte, Consejero Cultural de la Embajada, presentando el concierto. En primera fila, el Embajador, Estanislao de Grandes Pascual