Desde el 1 de agosto de 2022, de acuerdo con la
Ley nº 2022-1089, de 30 de julio de 2022, que pone fin a los regímenes excepcionales creados para luchar contra la pandemia de la COVID-19, ya no se aplican las medidas sanitarias exigidas anteriormente a los viajeros con destino a Francia:
• los viajeros ya no tienen que realizar ningún trámite antes de llegar a Francia (tanto en la metrópoli como en ultramar) y ya no se les puede exigir la presentación del pase sanitario, certificado de vacunación, certificado de haber pasado la enfermedad o test PCR/antígenos, sea cual sea el país o la zona de procedencia;
• ya no se les puede exigir una justificación del viaje (el "motivo imperioso");
• ya no están obligados a presentar una declaración jurada de no contaminación y un compromiso de someterse a un test PCR/antígenos a su llegada a Francia.
De acuerdo con esta ley, el Gobierno francés conserva, no obstante, la posibilidad de activar las medidas de "freno de emergencia" hasta el 31 de enero de 2023 y por un periodo máximo de dos meses, tras recibir el dictamen de la Alta Autoridad Sanitaria en caso de aparición y circulación de una nueva variante de la COVID-19 que pueda constituir una amenaza sanitaria grave o, en los territorios de ultramar, en caso de riesgo de saturación del sistema sanitario.
Restricciones a la movilidad y actividad económica, cultural y de ocio
No hay ningún toque de queda ni limitación especial de horarios.
El uso de mascarilla es obligatorio tan solo en algunos espacios cerrados, como los centros de salud.
Toda la normativa referente a la COVID-19 es susceptible de evolucionar muy rápidamente en caso de aparición de nuevas variantes que sean catalogadas de amenaza sanitaria grave, por lo que se aconseja consultar estas recomendaciones de viaje -que se actualizan periódicamente- en los días inmediatamente previos al desplazamiento.
Para información actualizada sobre la situación del coronavirus en Francia: