El mundo no deja de girar porque el Gobierno español esté en funciones y el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, con él. José Manuel García-Margallo acaba de visitar Washington, Buenos Aires y Santiago de Chile y prepara ya un viaje a Kazajistán y Azerbaiyán. Entretanto, ha destituido al embajador español en Bruselas y encara la amenaza del referéndum británico sobre la UE.
Pregunta. ¿Se esperaba la dimisión del ministro José Manuel Soria?
Respuesta. Conociéndole, no me ha extrañado. Reconoce que ha cometido errores de comunicación que hubiesen podido perjudicar al partido y al Gobierno si hubiera continuado en el cargo. Por cierto, que lo que ha hecho José Manuel Soria, que no está imputado ni investigado por nada, contrasta con lo que ocurre en otros partidos.
P. ¿Puede perjudicar electoralmente al PP este caso?
R. No lo creo, Soria finaliza su comunicado diciendo que “la política debe ser ejemplar, también en la pedagogía y las explicaciones. Cuando así no ocurre, deben asumirse responsabilidades”. Soria las ha asumido y el presidente del Gobierno y el PP han aceptado su renuncia.
P. Un ministro, que gestiona dinero público, ¿puede tener sociedades en un paraíso fiscal?
R. Hay que actuar siempre dentro de la legalidad, como cualquier contribuyente, y pagar los impuestos que correspondan. Cuando hablamos de actividades privadas antes de ejercer un cargo público, lo que importa es si se han declarado todos los rendimientos obtenidos fuera y se han pagado los impuestos correspondientes en su totalidad.
"Había razones de peso para sacar a Panamá de la lista de paraísos fiscales"
P. Si las elecciones se repiten el 26 de junio y el resultado es similar al del 20 de diciembre, ¿podría entrar la democracia española en un callejón sin salida, un bloqueo político indefinido?
R. Sería absolutamente incomprensible. La fragmentación del Parlamento es la tónica habitual en Europa y también lo es formar coaliciones entre los partidos que coinciden en las fórmulas para acometer los principales retos, como la desaceleración de la economía mundial, la crisis de la UE, con la amenaza del Brexit, el terrorismo yihadista o el desafío territorial en casa. Los partidos que garantizan la homogeneidad y el amplio apoyo que requiere un Gobierno son el PP, Ciudadanos y el PSOE. Si los desafíos son tan grandes y las reformas que hay que acometer tan profundas, es muy difícil explicar en Europa por qué no se hace esa coalición.
P. ¿Y si el precio de ese acuerdo fuera la renuncia de Rajoy como candidato?
R. Es un precio que nadie puede pedir. Sería además profundamente injusto: Rajoy es el señor que ha sacado a este país del naufragio inminente y lo ha puesto a navegar; es el señor que ha ganado las elecciones y el que garantiza la armonía entre las distintas sensibilidades dentro del PP, que haberlas haylas. Abrir una guerra sucesoria en el PP sería poner en riesgo su estabilidad y eso sería malo para el partido, pero también para España.
“Se debe conocer que Gibraltar es un agujero negro en la fiscalidad europea”
P. Con el escándalo de los papeles de Panamá, el primer ministro David Cameron no pasa su mejor momento. ¿Hay riesgo de que los británicos le pasen factura en el referéndum sobre la UE?
R. El referéndum se celebra en un momento muy delicado para la UE: el rescate de Grecia no está aún resuelto, tenemos la crisis de los refugiados y las reticencias de los Estados miembros a compartir información sensible, muy necesaria para combatir el terrorismo yihadista... Si a eso se unen los problemas internos de Cameron, el riesgo de que gane el no es real. Y eso preocupa enormemente al Gobierno español. Sería el primer país que sale de la UE.
P. ¿Sería una herida de muerte para el proyecto europeo?
R. Depende de cómo reaccionemos. Habría que contrarrestarlo con un salto adelante de los países que compartimos el euro, creando un auténtico Gobierno económico y mutualizando la deuda. Demostrarnos a nosotros mismos y al mundo que este proyecto va adelante.
P. A [Fabian] Picardo [ministro principal gibraltareño] le preocupa la salida de la UE. ¿Tiene motivos?
R. Claro que los tiene. Gibraltar es una colonia y tiene acceso a la UE en la medida en que lo tiene Reino Unido.
P. ¿Y eso supondría volver a cerrar la Verja?
R. Habría que replantear las relaciones con Gibraltar. Ahora que se habla tanto de los paraísos fiscales, España tiene dos denuncias ante la Comisión. Y vamos a remitirlas a otros países para que sepan, al revisar la lista de paraísos fiscales, que Gibraltar es un agujero negro en la fiscalidad europea.
P. ¿Panamá lo es?
R. Ningún país de la UE lo tiene en la lista...
P. Francia sí.
R. Ha dicho que lo va a poner, pero aún no lo ha hecho.
P. ¿Por qué sacó Zapatero a Panamá de la lista?
R. La legislación panameña establecía que ninguna empresa radicada en un país que tuviese a Panamá en la lista de paraísos fiscales podría licitar a las grandes obras públicas, incluida la ampliación del canal. Había razones de peso para hacerlo.
P. ¿Asistirá el Rey al acto de inauguración de la ampliación del canal? Será el 26 de junio, el día de las elecciones...
R. Si no se llega a un acuerdo y hay que celebrar elecciones, yo votaré por correo para estar en Panamá, porque es uno de los buques insignia de la marca España. A ver cómo lo arreglamos para que haya una representación de mayor nivel que la mía.
P. El Consejo de Seguridad, donde se sienta España, debe abordar este mes el conflicto del Sáhara en plena crisis entre la ONU y Marruecos.
R. Marruecos insiste en que el problema es con el secretario general, no con el Consejo... Parece que Ban Ki-moon va a escribir una carta en la que reinterpreta lo que dijo; veremos si eso restablece la calma. El objetivo de España es que la crisis no vaya a más, que Minurso [la misión de la ONU para el Sáhara] pueda desarrollar su misión con normalidad.
Sin fecha para la vuelta a Caracas del embajador
M. G.
El embajador español en Caracas salió de la capital de Venezuela a principios de mes tras los reiterados exabruptos del presidente Nicolás Maduro. “Vamos a esperar a ver cómo evoluciona la situación. [La llamada a consultas] ha sido una reacción obligada, y bastante enérgica, ante los improperios que el presidente Maduro ha dedicado al presidente Rajoy y al expresidente González. No es un lenguaje aceptable en las relaciones diplomáticas. Y cuando nos acusan de injerencia, le diré que lo único que hemos dicho es que queremos para Venezuela lo mismo que para España”, recalca.
El ministro no se pronuncia sobre un posible expediente disciplinario al embajador en Bélgica, destituido después de que la Inspección apreciase “absentismo” y abuso de autoridad. “Veremos qué ha pasado; soy muy cuidadoso en no desacreditar lo que el subsecretario tenga que decir”.