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Entrevista al ministro Garcia-Margallo en el diario "LA VANGUARDIA", 3-11- 2015

García-Margallo: "Mas no se ha dado cuenta de lo fuerte que es España"


El ministro de Exteriores sostiene:

"en Catalunya hay un golpe de Estado institucional"

"En España hay un declinar de Podemos, por causas internas, pero me preocupa"


Carmen del Riego

martes 03 novembro 2015

Todos los cielos conducen a España es el título del libro del ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, editado por Planeta, con reflexiones de lo que ocurre en el mundo, "pensadas siempre al servicio de España". En forma epistolar, el ministro se cruza cartas con diferentes personajes del ámbito nacional e internacional, y en ellas aborda reflexiones no sólo sobre la política internacional, sino sobre lo que ocurre en España, con capítulo especial sobre Catalunya.
En una de las misivas, el director de la asesoría jurídica internacional del Ministerio de Exteriores plantea que la solución a la cuestión catalana debe ser política, además de jurídica. No es lo que ha hecho Rajoy.
En teoría se hubiese podido abordar la reforma constitucional, bajo los principios básicos de un nuevo sistema de financiación autonómica, pero no se han dado las condiciones. Para plantearla debe seguirse el procedimiento adecuado, que es lo que no hace Mas. Se requiere también consenso, como se hizo en el 78 y no en el Tinell; y que sirva para arreglar problemas y no para crearlos. En esta legislatura, el PSOE ha tenido unas convulsiones internas que no garantizaban que el interlocutor que iniciase las conversaciones fuese el que las finalizara, y la reforma constitucional requiere saber con quién vas a reformar y para qué.
¿En la próxima será posible?
Ahora tenemos un golpe de Estado institucional, y con quien da un golpe de Estado institucional no se puede negociar nada. Lo único que se puede hacer es pedirle que retire su propuesta de ruptura. Es absurdo negociar con el vecino del sexto cómo nos distribuimos los gastos de la escalera, cuando lo que quiere es prender fuego al edificio. A ver si en el futuro se dan las condiciones.
¿Es posible una solución?
Lo que es seguro es que no habrá independencia en Catalunya. Mas ha cometido varios errores: no darse cuenta de lo fuerte que es España y el Estado de derecho.
El bloque independentista está dispuesto a seguir adelante
Una declaración del Parlament como la que se ha planteado no conduce a ningún sitio y cuanto antes se den cuenta de eso mucho mejor, aunque los daños que se han producido ya son tremendos. No sólo es un intento de ruptura desde un órgano emanado de la Constitución, sino que lo hacen provocando una escisión de la sociedad catalana. Eso desde el punto de vista institucional. Políticamente, Mas arrancó con 62 escaños como líder de una coalición que podía negociar con todos a derecha e izquierda; pasó a 50 escaños, rompió con Unió y ahora tiene 29 escaños. Ha logrado que en el Ayuntamiento de Barcelona esté Colau en vez de Trias; que en la presidencia del Parlament esté Forcadell, en vez de Núria de Gispert; ha dicho que va a entregar la política económica a ERC, que tiene el modelo más alejado de la base social de CDC y está mendigando su investidura a un partido anticapitalista, la CUP. Explicarle al votante de CDC del paseo de Gràcia que tiene que ceder todos los puestos a gente de extrema izquierda es una labor de apostolado infinitamente más difícil que la de Cristo con los doce apóstoles.
En el libro habla de la política exterior con Felipe González, Aznar y Zapatero, y discrepan sobre el papel de España en el mundo.
Hemos ganado peso en la esfera internacional. Nuestra posición en Europa era más débil; con Estados Unidos las relaciones estaban muy perjudicadas por la retirada unilateral de las tropas de Iraq; en Latinoamérica hemos recompuesto la situación y tenemos relaciones con todos los países, sin excepción, y son más pragmáticas y menos ideologizadas; en el Mediterráneo hemos asumido un liderazgo que no deberíamos haber perdido, estamos muy activos en Oriente Medio y estamos avanzando en el África subsahariana y en Asia, que eran asignaturas pendientes. Se están produciendo visitas de nuestros aliados que defienden nuestras tesis incluso en los temas internos, y el Consejo de Seguridad no nos tocó en una tómbola.
Sobre Iraq, usted no estuvo de acuerdo con Aznar, pero el expresidente se ratifica.

¿Debería pedir perdón como Blair?
No lo sé. Igual Blair conocía cosas que Aznar desconocía, pero no todo lo que se hizo fue malo. Acabar con Sadam Husein fue bueno y aprovechar la ocasión para establecer unas buenas relaciones con Estados Unidos, también, otra cosa es que el posconflicto haya resultado malo. Hacer la quiniela el lunes siempre es más fácil que hacerla el viernes.
También le preocupa en sus cartas los populismos en Europa.
Ahí estan los resultados de las elecciones en Suiza, en Inglaterra, el Frente Nacional en Francia, el triunfo de Syriza en Grecia y la po¬sibilidad de un gobierno, en Portugal, de socialistas con comunistas y el bloque de izquierdas similar a Syriza.
No ha citado a España.
En España se está produciendo un declinar de Podemos, que responde a causas internas, pero me preocupa una situación que sea caldo de cultivo para que surjan los populismos, por una crisis económica como la que hemos tenido. En Catalunya Mas dijo que los indignados eran los independentistas.
Un ministro de Exteriores que también reflexiona en sus cartas sobre economía.

¿Hubiera preferido esa cartera?
Es que la crisis económica fue internacional, pero no. No hay cartera que me gustase más y que me guste más ahora que la que he tenido. Tienes que aprender muchas cosas en poco tiempo; te relacionas; te relacionas con personas muy interesantes, y no hay mayor honor que representar a tu país fuera.
¿No pensó en mandarle una carta al ministro Montoro?
No. Las que he mandado a mis compañeros es porque tienen departamentos que contribuyen a la marca España, que tiene dos finalidades, mejorar la imagen de España fuera y aumentar la autoestima de los españoles dentro, porque mal se vende fuera lo que no se quiere dentro y el Ministerio de Hacienda, en la proyección de imagen, no tiene demasiado que ver.