El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, ha celebrado hoy en el palacio de Viana un almuerzo de trabajo con la viceministra israelí de Asuntos Exteriores, Tzipi Hotovely.
Ambos interlocutores han pasado revista a las relaciones bilaterales, a la situación regional, con especial atención a las perspectivas del proceso de paz en Oriente Medio, y a las relaciones entre la Unión Europea e Israel, sobre todo, a la cuestión del etiquetado de productos procedentes de asentamientos israelíes en los territorios ocupados.
El ministro y la viceministra han coincidido en valorar el excelente momento que atraviesan las relaciones bilaterales, a pocos meses de que se llegue al trigésimo aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre España e Israel, y la oportunidad de dinamizar aún más los contactos en un triple ámbito: político, con la intensificación de viajes y visitas al más alto nivel; económico, profundizando la colaboración en investigación y desarrollo y fomentando el comercio y las inversiones mutuas; y de la sociedad civil. En este sentido, la viceministra Hotovely subrayó la cercanía y el interés con que en Israel se ve España, que visitan cada año unos 385.000 israelíes.
Sobre la delicada situación entre palestinos e israelíes, ambos interlocutores coincidieron en su preocupación y condena por los actos de violencia y terrorismo. El ministro García-Margallo subrayó la urgencia y necesidad de atajar la presente ola de violencia para lo que todos deben contribuir a calmar los ánimos. Para ello anunció la disposición de España para acoger una conferencia de líderes religiosos cristianos, judíos y musulmanes que lanzara ese mensaje de paz.
El ministro subrayó que es preciso devolver la esperanza a la población palestina en un horizonte político. A largo plazo, la única garantía de seguridad para Israel es la solución de dos estados. A este respecto manifestó el compromiso de España por participar y apoyar las diferentes iniciativas que se están presentando para relanzar el proceso de paz y reiteró el ofrecimiento de España para ser sede de una conferencia de paz que, retomando el espíritu de la conferencia de Madrid de 1991, siente a negociar directamente a palestinos e israelíes, con el concurso y acompañamiento de la comunidad internacional, y con el objetivo de alcanzar un acuerdo sobre una hoja de ruta para la paz, con la fijación de un calendario y el establecimiento de los parámetros para el acuerdo final.