Consideramos muy preocupantes las tensiones que se están produciendo en los territorios palestinos ocupados, también en Jerusalén Este. En 2022 han muerto al menos 120 palestinos y 20 israelíes, y el número de heridos es aún mayor. En semejante escenario, evitar la escalada de estas cifras es vital y, por ello, exigimos a todas las partes que eviten cualquier provocación y acción unilateral para reducir la tensión y restituir la calma.
Israel tiene derecho a defenderse de los ataques armados y a exigir responsabilidades a los autores, pero debe igualmente respetar los principios del Derecho Internacional y el Derecho Internacional Humanitario. Debe facilitarse el control de la seguridad palestina en la zona A y restablecerse una coordinación eficaz de la seguridad. Es necesario poner fin a la creciente violencia de los colonos en la Cisjordania ocupada y garantizar la rendición de cuentas por parte de las autoridades competentes.
Nos reafirmamos en nuestra convicción de que solo solucionando las cuestiones fundamentales políticas y de seguridad se garantizará de forma permanente a israelíes y palestinos una vida segura y en paz. Las tensiones actuales nos recuerdan la necesidad de preservar la viabilidad de la solución de los dos Estados y de reanudar el trabajo para alcanzarla.