El secretario de Asuntos Exteriores, Ignacio Ybáñez Rubio, ha participado hoy en Marsella en la reunión ministerial del foro 5+5, cuya presidencia rotatoria corresponde ahora a Francia.
El 5+5 es un foro de diálogo informal que reúne a los países del Mediterraneo Occidental (España, Francia, Italia, Malta y Portugal junto con Argelia, Libia, Marruecos, Mauritania y Túnez) y que, además del de asuntos exteriores, tiene otros formatos de reuniones ministeriales como defensa, interior, migración, medioambiente o turismo.
El secretario de estado ha puesto de relieve la utilidad para afrontar los retos transversales de este foro regional, que complementa las relaciones privilegiadas que España mantiene individualmente con los cinco países de la orilla sur del Mediterráneo occidental.
La reunión ha tratado extensamente la crisis que afecta a Libia, uno de los miembros del foro. Todos coincidieron en la importancia de que la Cámara de representantes y las fuerzas armadas reconozcan al Consejo Presidencial como único poder ejecutivo. El ministro de Túnez ofreció convocar una reunión extraordinaria 5+ 5 sobre Libia a principios del próximo año.
En materia migratoria, Ybáñez ha abogado por la aplicación del enfoque global definido en el proceso de Rabat y dotarle de medios suficientes, incluidos los del fondo fiduciario lanzado en la cumbre de La Valeta. Los ministros coincidieron en que la migración es un fenómeno con causas estructurales que perdurará incluso tras la solución de la crisis libia o siria.
Los ministros coincidieron en que la lucha contra el terrorismo no debe limitarse al aspecto de seguridad y destacaron la importancia de continuar las políticas de desradicalización. También trataron las crisis de Iraq, Siria y el Sahel.
El ministro marroquí explicó los preparativos de la Cop 22 de Marrakesh del 7 al 19 de noviembre próximos y se felicitaron de que el plan de acción de la estrategia del agua del foro 5+5, fruto de una iniciativa hispano-argelina, vaya a ser adoptado en los márgenes de dicha conferencia.
A iniciativa de la fundación Anna Lindh, asociaciones de jóvenes expusieron una serie de recomendaciones a los ministros sobre el futuro de la región que fueron acogidas con interés.