El secretario de Estado para la Unión Europea, Íñigo Méndez de Vigo, ha participado hoy en la apertura de la conferencia The Future of the EU’s Eastern and Southern Neighbourhoods, que ha tenido lugar en la sede de la Fundación Botín. La conferencia, organizada por la Embajada de Letonia en Madrid, el Real Instituto Elcano y la World Leadership Alliance-Club de Madrid, ha reunido personalidades como la expresidenta de Letonia, Vaira Vīķe-Freiberga, el secretario de Estado del Ministerio de Asuntos Exte-riores letón, Andrejs Pildegovičs, la exministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, el secretario de Estado de Asuntos Europeos portugués, Bruno Ma-çaes, o el enviado especial de Naciones Unidas para Libia, Bernardino León.
Íñigo Méndez de Vigo ha empezado recordando la naturaleza de la Política Europea de Vecindad, que no debe ser confundida con la política de ampliación. “El hecho de participar en la Política Europea de Vecindad”, ha advertido el secretario de Estado, “no puede ser considerado como un estatus que conduzca forzosamente a la adhesión a la Unión”.
El secretario de Estado ha defendido asimismo la unidad de esta Política: “Su lógica adaptación a las características particulares de cada vecino no puede desembocar en una Política para los vecinos del Este y otra para los del Sur”. Como ejemplo de la necesaria unicidad de la Política Europea de Vecindad, el secretario de Estado ha aludido las migraciones, “desafío común a todos los vecinos de la UE, que, como tal, debe tratarse conjuntamente en el marco de esta Política”. Precisamente, Méndez de Vigo ha expresado el interés con que el Gobierno espera las propuestas de la Comisión Europea sobre migraciones, “que van en la buena senda”.
Íñigo Méndez de Vigo ha recordado el éxito de la Reunión Ministerial Informal de Barcelona del 13 de abril, gracias a la cual los vecinos meridionales han podido participar en el proceso de revisión de la Política Europea de Vecindad. El secretario de Estado ha deseado el mismo buen resultado para la Cumbre de Riga de mayo, y ha concluido manifestando que “la Política Europea de Vecindad no va contra nadie; sólo persigue favorecer la democracia, la estabilidad y la prosperidad de los países y los pueblos vecinos”.