Los gobiernos de España, Alemania, Estados Unidos, Francia, Italia y Reino Unido dan la bienvenida a la reanudación del diálogo político libio en Sjirat, Marruecos. Damos nuestro firme apoyo a los esfuerzos del representante especial del secretario general de Naciones Unidas, Bernardino León, del equipo de la Misión de Apoyo de Naciones Unidas en Libia y de los participantes libios y felicitamos a todos por el progreso alcanzado hasta ahora. Instamos a los que toman parte en el diálogo a discutir con un espíritu constructivo y de buena fe con el fin de llegar a un acuerdo sobre un gobierno de unidad nacional y sobre las disposiciones para un alto el fuego lo antes posible.
Esperamos con interés el encuentro de ayuntamientos libios que acogerá la Unión Europea en Bruselas los días 23 y 24 de marzo y que constituirá una oportunidad para debatir la ejecución de las medidas de fomento de la confianza acordadas en la última reunión de Ginebra, el suministro de ayuda humanitaria -que se necesita urgentemente- y algunas disposiciones de seguridad sobre el terreno.
También acogemos con beneplácito el encuentro de partidos y activistas políticos celebrado en Argelia los días 10 y 11 de marzo y tomamos nota de la determinación de los participantes de enviar un mensaje firme, claro y unitario sobre su pleno compromiso con el diálogo como única solución a la crisis en Libia, su negativa a recurrir a la violencia para resolver diferencias políticas, su completo rechazo de todas las formas de escalada militar y su llamamiento a un cese inmediato de las operaciones militares para permitir que el diálogo continúe en un entorno propicio.
En este contexto, condenamos enérgicamente los ataques en Aziziya el 19 y 20 de marzo y los ataques aéreos en curso contra los aeropuertos de Zintan y Maitiga y en Trípoli, así como todos los otros actos de violencia. Lamentamos profundamente el hecho de que las partes en conflicto se nieguen a detener los combates, poniendo en peligro vidas de civiles y causando la destrucción de la infraestructura nacional de Libia. Hacemos un llamamiento a los dirigentes políticos libios a que actúen de manera responsable y que manifiesten claramente su apoyo al diálogo y asimismo que ejerzan su autoridad sobre los jefes militares y de las milicias y garanticen la supervisión civil de las acciones de éstos y desautoricen las acciones militares adoptadas al margen de este marco de actuación. No se permitirá a los que tratan de impedir el proceso dirigido por las Naciones Unidas y la transición democrática de Libia, cuatro años después de la revolución, condenarla al caos y extremismo. El pueblo libio y la comunidad internacional les harán rendir cuentas por sus acciones, incluso aplicándoles las sanciones tal y como establece la Resolución del Consejo de Seguridad 2174.
Estamos profundamente preocupados por la creciente amenaza de grupos terroristas en Libia, incluyendo Daesh, que han ampliado su presencia en Libia como resultado de la ausencia de un gobierno central fuerte y unido en el país. El proceso dirigido por las Naciones Unidas para establecer un gobierno de unidad nacional ofrece la mejor esperanza para los libios de hacer frente a esta amenaza terrorista y para enfrentarse con la violencia y la inestabilidad que impiden la transición política y el desarrollo de Libia. La comunidad internacional está dispuesta a apoyar plenamente a un gobierno de unidad en su lucha contra los desafíos que tiene Libia ante sí.