El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, convocó hoy a los embajadores de América Latina y el Caribe acreditados en España y a instituciones del espacio iberoamericano después de que España fuese elegida para albergar la Cumbre Iberoamericana en 2026. Albares agradeció la confianza que el Gobierno de España asume con ilusión para seguir trabajando y avanzando en este foro de diálogo, concertación política y cooperación, único en el mundo por su naturaleza y alcance.
Durante el encuentro celebrado hoy en Madrid, Albares subrayó que la pasada Presidencia española del Consejo de la Unión Europea situó a la región en el centro de la agenda europea y una muestra fue el éxito de la Cumbre UE-CELAC, celebrada en julio del año pasado, durante la cual se adoptó una Hoja de Ruta, la Alianza Digital y la Agenda de Inversiones Global Gateway.
El objetivo fundamental de cara a la Cumbre es iniciar una nueva etapa de reafirmación del sistema, en la que se identifiquen, de manera conjunta, las áreas de actuación prioritarias por parte de los Estados que lo conforman, en el contexto de una agenda marcada por temas de interés común.
En consonancia con lo anterior, en la Cumbre el objetivo es aprobar el Plan de Acción Cuatrienal de la Cooperación Iberoamericana 2026-2029, lo que le conferirá una relevancia adicional. La cooperación iberoamericana es la piedra angular de este sistema, en la que se traducen los mandatos de los Jefes de Estado y de Gobierno en iniciativas concretas, con un impacto directo y positivo sobre la ciudadanía iberoamericana.
Relaciones intensas
El ministro también destacó durante el encuentro las intensas relaciones de España con los países de América Latina y del Caribe, que han posibilitado desarrollar entre nuestros países unos fuertes vínculos políticos, económicos, sociales, culturales, lingüísticos y humanos. En este sentido, señaló la importancia de seguir promoviendo los principios y valores compartidos de la democracia, el Estado de derecho, el respeto de los derechos humanos y la defensa de un orden internacional basado en reglas con Naciones Unidas en su centro.
Según señaló el ministro durante su intervención, el idioma español, compartido por gran parte de los países de Iberoamérica y el Caribe, es una fortaleza como lengua global por lo que invitó a los embajadores asistentes a concertar acciones en diversos campos como la diplomacia multilateral, la economía, la ciencia y la tecnología o la lucha contra la desinformación en español.