El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, ha participado en Roma en la segunda conferencia ministerial de los Amigos de Libia, en la que los 36 países y 7 organizaciones internacionales participantes han analizado el desarrollo de la transición política en curso en ese país. Esta reunión sigue a la que se celebró en febrero del año pasado en París, que se centró especialmente en la seguridad en Libia.
El ministro García-Margallo ha reiterado en su intervención el apoyo de España a una Libia unida, próspera y pacífica, posición invariable desde la revolución que supuso la caída de Gadafi. Este apoyo, ha recordado el ministro, se ha plasmado a través de las contribuciones de ayuda humanitaria que hizo España en su día, y, actualmente, se está trabajando en un proyecto de apoyo al Ministerio de Justicia libio en materia de formación penitenciaria para mujeres, que sería organizado por el programa Masar de la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo.
Respecto a la situación política en el país, García-Margallo, en línea con lo manifestado por las demás delegaciones, ha recalcado que la falta de acuerdo político en los últimos meses ha incidido en la situación de seguridad del país, que presenta un reto para cuya superación será fundamental la colaboración de todas las instituciones libias. El ministro ha manifestado que la transición libia, como todas las transiciones políticas, será un proceso complejo en el que la búsqueda de consenso a través del diálogo nacional y la generosidad por parte de los actores políticos y sociales son claves. En este sentido, ha recordado que España pudo hacer frente a su transición gracias precisamente al acuerdo sobre el objetivo final, establecer una democracia real, y el método para lograrlo, la búsqueda de consensos, plasmados en la Constitución Española de 1978.
El ministro también ha aludido a la importancia del apoyo internacional, plasmado hoy en el número y nivel de las delegaciones participantes. Libia es la única que puede tomar las decisiones que afectan a su destino, pero la comunidad internacional puede apoyarla en su ejecución como ha recordado el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación.
García-Margallo se ha referido, asimismo, a la necesidad de integrar en todos los análisis la dimensión regional de la situación en Libia. El país es el punto de confluencia del Magreb, el Mashrek, el Mediterráneo y África Subsahariana, lo que hace más crítico si cabe que la situación de seguridad en Libia mejore. Problemas regionales como la inmigración irregular, el tráfico de armas y de drogas, y el terrorismo, están muy vinculados a la porosidad de las fronteras de Libia y sus vecinos, y hacen que intensificar la cooperación en estos temas sea fundamental para entrar en un círculo virtuoso que permita reducir la inseguridad y mejorar la situación de las poblaciones locales.
Para finalizar, el ministro ha llamado a todas las instituciones libias, presentes hoy en la delegación que ha participado en la conferencia, a aprovechar la oportunidad histórica que tiene su país de culminar la transición política y la reconciliación del pueblo libio, permitiendo así la unidad, prosperidad y estabilidad del país.