España expresa su consternación, repulsa y condena por el bombardeo, el 7 de abril, de la ciudad siria de Douma, sometida al asedio de las fuerzas del régimen sirio, y donde se habría vuelto a producir, según todos los indicios, el empleo de agentes químicos.
El ataque ha causado víctimas mortales, que podrían alcanzar el centenar, además de numerosos heridos y daños materiales. Ante la gravedad de estos hechos, España reitera que el empleo de armas químicas por cualquier actor, y en cualquier tiempo y lugar, constituye una flagrante violación de la legalidad internacional y un crimen contra la humanidad.
La Comunidad internacional no puede quedarse de brazos cruzados ante la impunidad en el empleo de estas armas execrables. España lamenta, una vez más, la no prolongación en el tiempo del mecanismo conjunto entre la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas y el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (JIM) consagrado a la investigación y atribución de responsabilidades por los casos de empleo armas químicas en Siria.
España está dispuesta a trabajar por la pronta renovación de estos mecanismos, esenciales para que los autores de las masacres como esta de Douma, o como la de Khan Seikhoun -cuyo primer aniversario se ha cumplido precisamente en estas fechas- respondan por sus crímenes.