La Unión Europea cuenta con una Política Exterior y de Seguridad Común (PESC) que le permite actuar y expresar su posición en la escena internacional. Se constituyó en sus orígenes como un mecanismo de concertación de la política exterior de los distintos países para, posteriormente, incorporarse al acervo comunitario de los Tratados gracias al Tratado de Maastricht de 1997. La PESC se consolidó con el Tratado de Lisboa de 2009 que dotó a la Unión de personalidad jurídica propia y de capacidad para celebrar acuerdos con Estados y Organizaciones Internacionales. La principal innovación fue la creación de la figura del Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad (puesto actualmente ejercido por el español Josep Borrell), quien está al frente de la PESC con amplia autonomía, prerrogativas especiales y recursos entre los que destaca el Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE).
El ARVP también ocupa el cargo de Vicepresidente de la Comisión Europea, y debe velar por la coherencia y eficacia de la acción exterior general de la UE en los ámbitos de la ayuda al desarrollo, el comercio, la ayuda humanitaria y las respuestas a las crisis.
La PESC se mantiene como una política intergubernamental específica en la que rige la unanimidad y se caracteriza por una serie de procedimientos especiales y la exclusión general de la competencia del Tribunal de Justicia.
Los objetivos de la PESC, recogidos en el artículo 21 del Tratado de la Unión Europea, consisten en mantener la paz y reforzar la seguridad internacional, fomentar la cooperación internacional con terceros Estados y desarrollar y consolidar la democracia y el Estado de derecho, así como el respeto de los Derechos Humanos y de las libertades fundamentales. Con tal fin, la Unión Europea mantiene asociaciones y diálogos políticos, basados en intereses y beneficios recíprocos, con los principales actores internacionales y celebra periódicamente Cumbres con aquellos países con los que la UE mantiene una Asociación estratégica, además de multitud de encuentros a distintos niveles con otros países y organismos regionales de los diferentes continentes.
Para cumplir con el objetivo de mantener la paz y reforzar la seguridad internacional, la Unión se ha dotado de una Política Común de Seguridad y Defensa (PCSD), como elemento integral de la PESC, que dota de una capacidad operativa propia en el exterior, que se concreta en misiones civiles y operaciones militares en terceros países.
Desde la publicación de la Estrategia Global de Seguridad de la UE de 2016, la PCSD se dirige a respaldar el papel de la Unión como un proveedor de seguridad global, lo que incluye decisiones sobre las crisis a las que tiene que hacer frente, los medios necesarios para ello y el papel de sus socios en esta tarea.
En el ámbito de desarrollo de capacidades, en 2017, el Consejo Europeo, apoyado activamente por España y otros Estados miembros, lanzó la Cooperación Estructurada Permanente en materia de defensa (CEP o PESCO). Se trata de una cooperación reforzada para mejorar la coordinación e incrementar las inversiones en defensa en cuanto al desarrollo de las capacidades de defensa, Mediante la PESCO, los Estados miembros aumentan su eficacia a la hora de hacer frente a los retos en materia de seguridad y de avanzar hacia una mayor integración y fortalecimiento de la cooperación en materia de defensa en el marco de la UE. En 2020 se lanza el Plan de Acción Europeo de la Defensa, que incluye un instrumento financiero, el Fondo Europeo de Defensa, que apoya la investigación, desarrollo en innovación en este ámbito, iniciativa en la que España y su industria tiene un destacado papel.
A estas nuevas herramientas de la PCSD se unen el renovado apoyo a las misiones civiles con los Pactos por la PCSD civil de 2018 y 2023, la iniciativa CARD (revisión coordinada de la defensa, a cargo de la Agencia Europea de Defensa), el Instrumento Europeo para la Paz (EPF, para financiar equipo y servicio militar a los socios de la UE, fundamental en el apoyo a las FFAA ucranianas tras la agresión rusa de 2022) y finalmente la Brújula Estratégica, documento guía que, buscando la coherencia de las acciones en el marco PCSD y partiendo de un análisis de riesgos y amenazas del entorno europeo, señala objetivos con marcadores temporales asociados para avanzar en ese papel de actor global de seguridad de la UE.
En el ámbito de las operaciones, España muestra su implicación en la PCSD dando apoyo político, pero también aportando medios y capacidades a las misiones que la Unión despliega en distintas regiones geográficas. En concreto, la actuación de España se ha centrado en los últimos años en dos regiones fundamentales: el Cuerno de África y África Occidental, con las operaciones y misiones EUNAVFOR ATALANTA, EUTM-Somalia y EUTM-Malí. En misiones civiles destacan las contribuciones a EUCAP Sahel Mali, EUCAP Sahel Níger y EUAM Ucrania. España que lideró desde 2006 tres Grupos de Combate (Battlegroups), unidades conformadas por una coalición de Estados Miembros y puestas de manera rotatoria a disposición de la Unión Europea en el ámbito de la PCSD (y participado en tres Battlegroups liderados por otros países de la Unión), nunca utilizados, ha sido anfitriona durante su Presidencia del Consejo de 2023 del primer ejercicio de la Capacidad de Despliegue Rápido de la UE (RDC), que la Brújula Estratégica establece para misiones de gestión de crisis.
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