El secretario de Estado para la Unión Europea, Íñigo Méndez de Vigo, ha participado hoy en unas jornadas internacionales sobre “la Generación de 1914, su circunstancia europea y trasatlántica”, organizadas por la Fundación Ortega-Marañón y el Instituto de Estudios Europeos del CEU, con ocasión del centenario de este movimiento intelectual.
Durante su intervención, Méndez de Vigo ha recordado la vigencia del pensamiento de la Generación del Catorce, en un momento en el que nos encontramos ante la necesidad de regenerar nuestra vida política, económica y social, no sólo en España, sino también en Europa. Los miembros de la Generación del Catorce veían en Europa la solución, ya que según el secretario de Estado, “era la perspectiva que España necesitaba para superar el ensimismamiento entonces existente”.
Méndez de Vigo ha afirmado que hoy siguen vigentes estas ideas regeneradoras, pues vuelven a manifestarse los nacionalismos y populismos que son la negación de la idea misma de Europa. En este sentido, Méndez de Vigo ha criticado “el falso europeísmo de los nacionalismos que levanta muros y enciende rencores, lo que supone negar la propia razón de ser del proyecto europeo”, afirmando que “los padres fundadores soñaron con uniones políticas, no con desuniones”. Además, el secretario de Estado ha señalado que “los populismos recurren a Europa como chivo expiatorio, cuando sin Europa la situación en países como España hubiera sido crítica”.
Asimismo, el secretario de Estado ha defendido que: “los desafíos son comunes a toda Europa y por tanto, las soluciones han de venir de toda Europa”. A este respecto, Méndez de Vigo ha señalado que “hoy hablamos de interconexiones energéticas y de inmigración como problemas comunes que exigen soluciones compartidas”. Por ello, ha recordado que el hecho de que Portugal y España sean una isla energética afecta a toda la Unión Europea: “mejores interconexiones, supondrían menor dependencia energética, más eficiencia, menos costes y más seguridad” y ha afirmado que la inmigración irregular no es un problema exclusivo de los países del sur; “Schengen convierte las fronteras de España en fronteras europeas”.
Finalmente, Méndez de Vigo ha concluido: “vivimos en un mundo de retos y soluciones compartidas lo que reclama por un lado, pedagogía sobre la Unión Europea, para explicar decisiones como el Plan Juncker de fomento de la inversión, encaminado a conseguir la prioridad de cremiento económico y creación de empleo” y, por otro lado, “la necesidad de definir el proyecto sugestivo de vida en común al que apelaba Ortega, un sentimiento empático que nos lleve a pensar en los problemas del otro, más allá de nuestros ensimismasmientos particulares y que ese sentimiento encuentre una respuesta europea, como por ejemplo, la que propone la Garantía de empleo juvenil”.