Situado en una vasta zona montañosa del centro de la isla de Gran Canaria, el sitio del Risco Caído se caracteriza por una topografía de acantilados, barrancos y formaciones volcánicas presentes en un paisaje de rica biodiversidad.
Su territorio abarca un considerable número de vestigios de viviendas, cisternas y graneros troglodíticos, cuya antigüedad pone de manifiesto la presencia de una cultura insular autóctona que evolucionó de modo autárquico desde la llegada de los bereberes norteafricanos, a principios de nuestra era, hasta la conquista del archipiélago de las Canarias por los españoles en el siglo XV.
Los vestigios troglodíticos comprenden también algunas cuevas dedicadas a prácticas rituales, así como los templos o “almogarenes” del Risco Caído y el Roque Bentayga donde se celebraban ceremonias relacionadas con las estaciones del año. Es posible que estos dos “almogarenes” guarden relación con un eventual culto rendido a los astros y la “Tierra Madre”.