Los participantes en la conferencia “Principios para la Inteligencia Artificial: ¿hacia un enfoque humanístico?”, celebrada el 4 de marzo en la Sede de la UNESCO abogaron de manera consensuada por una gobernanza de la misma centrada en el elemento humano.
“Los desafíos que plantea la inteligencia artificial no son tecnológicos, conciernen a nuestra propia humanidad; son dilemas científicos, políticos, filosóficos y éticos”, declaró Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO, en la inauguración del encuentro.
“Ha llegado el momento de definir principios éticos para enmarcar esta disrupción técnica y asegurarnos de que la inteligencia artificial esté al servicio de intereses colectivos y repose en valores humanistas”, añadió.
Al referirse al trabajo de la UNESCO sobre la Inteligencia Artificial, la Directora General anunció: “Ahora podremos trabajar sobre la base del primer informe de la Comisión Mundial de Ética y Conocimientos Científicos (COMEST). Este nuevo informe, dedicado a la inteligencia artificial, proporcionará sin duda un apoyo científico importante a la reflexión y las iniciativas de los Estados Miembros”.*
Ángel Gurría, Secretario General de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD) mencionó la necesidad de cooperar para que la inteligencia artificial sea un vector de crecimiento integrador y sostenible: “Tenemos que hacer esto bien, porque la inteligencia artificial despierta optimismo, pero también ansiedad y preocupaciones de carácter ético”, declaró.
Ángel Gurría abogó también por aunar esfuerzos con la UNESCO para “lograr una inteligencia artificial menos artificial y más inteligente”.
A lo largo del día, profesores universitarios, representantes de organizaciones intergubernamentales, ministros, representantes del sector privado, de la comunidad tecnológica, de la prensa y de la sociedad civil coincidieron también en la necesidad de desarrollar principios éticos para gobernar la inteligencia artificial que sean transparentes y responsables. También subrayaron la necesidad de contar con datos libres de acceso que respeten la privacidad. Dichos datos –mucho más detallados que la información que tradicionalmente recogen los servicios públicos– son de gran importancia, ya que informan sobre predicciones y decisiones que ya permiten a la inteligencia artificial contribuir a la curación de enfermedades, la gestión de los recursos hídricos y el planeamiento agrícola, por ejemplo.
Pero los datos no son neutros: algunos especialistas destacaron que lograr que la tecnología sirva a la humanidad requiere de datos verdaderamente representativos e inclusivos, lo que plantea más de un problema, dado que la mitad de la humanidad sigue sin estar conectada a Internet.
Cédric Villani, ganador de la medalla Fields de Matemáticas y diputado francés, habló de la necesidad de preservar la soberanía humana frente a los algoritmos y de la soberanía geopolítica frente a la competición actual por desarrollar la inteligencia artificial. Para Villani, “el peligro somos nosotros, si no logramos vencer” y lograr que la inteligencia artificial esté al servicio de metas humanas.
Bunmi Banjo, directora de la empresa Kuvora Inc., advirtió que no debemos caer en la trampa de la eficiencia a cualquier precio sin considerar lo que es justo y equitativo, ya que las decisiones que se tomen hoy afectarán a la humanidad en las próximas décadas.
Otros oradores señalaron la lentitud de la regulación internacional, que históricamente ha ido por detrás de la innovación tecnológica en lugar de anticiparse a ella, que es lo que ahora se requiere en lo que respecta a la IA.
Al tiempo que todos los oradores destacaban la necesidad de desarrollar principios para la inteligencia artificial, Fabrizio Hochschild Drummond, Subsecretario General de Coordinación Estratégica de la Oficina Ejecutiva del Secretario General de las Naciones Unidas, advirtió que “la actual preferencia por los acuerdos internacionales no vinculantes, parte del cambio de la cooperación a la competencia, está haciendo que los tratados no vinculantes sean mucho más atractivos. Pero no podemos confiar en que todos sean buenos. [...] Si dejamos que la mano invisible del mercado opere libremente, obtendremos aplicaciones útiles, pero nuestra privacidad se verá erosionada y las desigualdades crecerán, contribuyendo a la polarización de nuestras sociedades”.
Esta conferencia forma parte de una serie de eventos de la UNESCO sobre la IA, tras el debate sobre la ética de las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial, Futuros tecnológicos: ¿Esperanza o miedo? (22 de enero), y el Foro sobre Inteligencia Artificial en África (12 y 13 de diciembre de 2018). En mayo, la UNESCO organizará otro gran evento sobre la Inteligencia Artificial en la educación para examinar prácticas innovadoras en este ámbito. La conferencia tendrá lugar del 16 al 18 de mayo en Beijing, con apoyo del gobierno de la República Popular de China.
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*Un grupo de trabajo de la COMEST sobre ética e inteligencia artificial finalizó un primer estudio al respecto en el que se recomienda elaborar un instrumento normativo. El Consejo Ejecutivo de la UNESCO lo estudiará en abril como preámbulo a un diálogo con los Estados Miembros cuyo propósito es avanzar hacia el desarrollo de ese nuevo instrumento normativo.