En presencia de más de 150 ministros, la UNESCO advirtió de la doble crisis que afecta actualmente a la educación: una crisis de aprendizaje y una crisis presupuestaria. Audrey Azoulay, Directora General de la Organización, llama a una “movilización mundial para situar la educación en lo más alto de la agenda y cumplir los objetivos de desarrollo sostenible”.
En 2019, la UNESCO ya advirtió que sería difícil alcanzar el objetivo de “una educación de calidad para todos en 2030”. La pandemia de COVID-19 ha agravado las previsiones, lo que ha llevado a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura a movilizar a las comunidades educativas y los gobiernos en una reunión que acoge esta semana en París.
Unos 2.000 participantes de todo el mundo se reúnen en la sede de la UNESCO del 28 al 30 de junio para preparar la Cumbre sobre la Transformación de la Educación convocada por el Secretario General de la ONU, António Guterres, en septiembre.
Lagunas significativas de aprendizaje
“La pandemia ha agravado la crisis mundial de la educación”, lamentó Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO. “El cierre de escuelas ha provocado importantes pérdidas de aprendizaje. En los países de ingresos bajos y medianos, el 70% de los niños de 10 años son incapaces de comprender un texto escrito sencillo, frente al 57% de 2019”, dijo.
“Sin medidas de apoyo, estos jóvenes se enfrentarán a importantes dificultades para continuar su formación e incorporarse al mundo laboral. Entonces nos enfrentaremos a una gran crisis social. Hoy hago un llamamiento a la movilización: la educación debe volver a ocupar un lugar destacado en la agenda de la comunidad internacional si queremos alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, prosiguió la Directora General.
Según una evaluación de la UNESCO, el Banco Mundial y el UNICEF publicada el 24 de junio, estos retrasos en el aprendizaje también tendrán un fuerte impacto en la economía. A escala mundial, representarán una pérdida acumulada de riqueza para la actual generación de escolares de unos 21 billones de dólares. La estimación anterior en 2021 era de 17 billones de dólares, por lo que la situación ha seguido empeorando en el último año.
Preocupación por la financiación
Además de esta crisis de aprendizaje, existe una crisis de financiación. Según otro estudio de la UNESCO y el Banco Mundial, el 40% de los países de ingresos bajos y medios redujeron su gasto en educación durante la pandemia. La reducción media fue del 13,5%. Sin embargo, en julio de 2022, los presupuestos todavía no han vuelto a sus niveles de 2019.
“Nos preocupa la vacilante financiación de la educación en este momento crítico”, declaró Stefania Giannini, Subdirectora General de Educación de la UNESCO. “Cuando la financiación pública disminuye, son las familias las que tienen que aumentar su aportación económica. Y cuanto más recaiga la factura de la educación en las familias, mayor será el riesgo de que aumente la desigualdad”, dijo.
La cuestión de los recursos es tanto más esencial cuanto que la educación debe transformarse también para responder a los nuevos retos del siglo XXI. Como ha demostrado el reciente informe de la UNESCO sobre los Futuros de la educación, los planes de estudio y la enseñanza deben adaptarse a cuestiones como la crisis climática y la revolución digital.
Cumbre de la ONU en septiembre
Aunque hay muchos motivos de preocupación, la movilización a gran escala de los gobiernos esta semana en la UNESCO es un motivo de esperanza. Más de 150 ministros y viceministros aceptaron personalmente la invitación y participaron en los debates, el mayor número de asistentes a la sede de la Organización. En sus discursos, todos ellos subrayaron su determinación de actuar y llevar a cabo nuevas acciones de forma conjunta.
Así, estos dos días de trabajo colectivo han permitido esbozar numerosas medidas posibles. Los debates continuarán el 19 de septiembre en Nueva York, durante la Cumbre para la Transformación de la Educación, que reunirá a los jefes de Estado y de Gobierno: un gran encuentro iniciado por el Secretario General de las Naciones Unidas para situar la educación en lo más alto del orden del día internacional.