España es uno de los fundadores de la Organización de Seguridad y Cooperación en Europa. Desde sus orígenes en 1973, España ha formado parte de la entonces “Conferencia para la Seguridad y la Cooperación en Europa” (CSCE), y cuando ésta se convirtió en Organización, en 1994, creó una representación permanente en Viena.
En el año 2007, España presidió la OSCE y en su reunión ministerial aprobó la "Declaración de Madrid sobre Medioambiente y Seguridad", en la que se subrayaba por primera vez la importancia del medioambiente y los efectos del cambio climático como factores claves para la seguridad. La Presidencia ayudó a incrementar la presencia española en áreas como el Cáucaso y Asia Central, donde se intentó reconstruir las relaciones entre las comunidades afectadas por los conflictos "congelados" en Georgia, Moldavia y en el enclave armenio en Azerbaiyán de Nagorno-Karabaj. En noviembre de 2007, el Rey de España fue el encargado de inaugurar la nueva sede del organismo multilateral en el renovado Palacio Palffy de Viena. España también tuvo un gran protagonismo a la hora de impulsar la última cumbre de jefes de Estado de la organización, que se celebró en Kazajstán en diciembre de 2010.