Agradezco a la Presidencia austriaca de la OSCE y a la Presidencia rusa del Foro de Cooperación en materia de Seguridad, la organización de esta reunión conjunta sobre el Dialogo Estructurado, que nos brinda una buena oportunidad de revisar lo hecho hasta ahora y de dar nuevo impulso a este proceso, de cara a la reunión informal que nuestros ministros mantendrán en Mauerbach la semana que viene.
España se alinea plenamente con la declaración de la Unión Europea y deseo al mismo tiempo compartir algunas reflexiones a título nacional.
Creo que las tres reuniones mantenidas hasta la fecha sobre percepción de la amenaza, doctrinas militares y posturas de fuerza, han sido útiles y productivas y nos han permitido conseguir un mejor entendimiento de los puntos de vista de los distintos Estados participantes sobre estas materias. Estas reuniones se han visto complementadas por dos seminarios sobre medidas de fomento de la confianza y la seguridad, así como la sesión especial sobre el Diálogo Estructurado celebrada la semana pasada durante la Conferencia Anual de Revisión de la Seguridad, que permitió una discusión franca e intensa. Agradezco al presidente del Grupo Informal de Trabajo, el Embajador Pohl, sus esfuerzos de coordinación e impulso de un diálogo que hasta el momento ha sido sustantivo, bien preparado y con buena participación de las capitales, lo que resulta fundamental para el éxito de este proceso.
Quisiera referirme brevemente a la secuencia, el alcance y el contenido del Diálogo Estructurado cuando nos disponemos a abordar la segunda mitad de este año:
1.- Sobre la secuencia, coincido plenamente con todas aquellas delegaciones que manifiestan que debemos trabajar sin metas ni plazos artificiales. El Dialogo Estructurado es un ejercicio a largo plazo que probablemente va más allá del mandato de una sola presidencia. Sin embargo, debemos asegurarnos de que, como hasta ahora, existe un sentido de dirección en todo el proceso. Nuestros ministros en Hamburgo nos instaron a fomentar una mayor comprensión sobre los desafíos y riesgos de la Seguridad que pueda servir de sólida base común para nuestro camino hacia delante y en esa dirección debemos seguir trabajando, con un sentido de propósito y de avance.
2.- Respecto al alcance, estoy totalmente de acuerdo en que debemos evitar las soluciones predeterminadas o los resultados preconcebidos. No obstante, ello no quiere decir que no debamos perseguir ningún resultado. Al contrario: la declaración de Hamburgo nos interpela claramente en este sentido a lograr al menos un objetivo: revertir la tendencia negativa en la arquitectura europea de seguridad, y revigorizar el control de armas convencionales y medidas de la confianza y la seguridad en Europa.
3.- Por este motivo, en relación con el contenido de nuestro Dialogo Estructurado en la segunda mitad del año, estimo que el mismo debería centrarse en los "clusters" 1 y 3 identificados en la primera sesión del Dialogo en formato de capitales que mantuvimos el pasado 7 de abril, a saber: los desafíos a un orden de seguridad europeo basado en reglas y las tensiones interestatales de carácter político-militar. Debemos evitar aquellos asuntos que ya están siendo tratados en otros foros dentro y fuera de la OSCE, y evitar también las repeticiones.
Por otra parte, las sesiones del Dialogo Estructurado celebradas hasta la fecha han puesto de manifiesto que disponemos de abundancia de información y datos que, sin embargo, interpretamos de maneras distintas cuando no contrapuestas. Por ello, España apoya la iniciativa de cartografiar las tendencias en las posturas de fuerza y los ejercicios militares, que nos permita un análisis más sistemático y coherente de la información, introduciendo elementos de valoración, no sólo cuantitativos, sino principalmente cualitativos. La propuesta de creación de un grupo de expertos para realizar esta cartografía, nos parece interesante. En todo caso, consideramos que las estructuras o capacidades de apoyo al Dialogo Estructurado han de plantearse siempre de manera inclusiva y transparente.
España considera que el Dialogo Estructurado es una buena oportunidad para relanzar el control de armas convencionales y las medidas de fomento de la confianza y la seguridad en Europa. Por ello, no vemos este ejercicio como una concesión a ningún Estado participante sino como un refuerzo de nuestra seguridad cooperativa, sin socavar la seguridad de ningún país, sino fortaleciendo la de todos mediante la puesta en común de nuestros esfuerzos. Creemos sinceramente que necesitamos recuperar la estabilidad, la predictibilidad, la transparencia y el control de armamentos, para impedir que un error de interpretación o de cálculo pueda derivar en una escalada indeseada de las tensiones o algo mucho peor, en un conflicto no querido.
Frente a la complejidad de la situación de seguridad actual, la OSCE dispone de una herramienta fundamental: el diálogo. España afronta este ejercicio del Dialogo Estructurado de manera abierta y constructiva, con voluntad de escuchar las preocupaciones de todos y de realizar aportaciones que mejoren la seguridad del conjunto. Esperamos que el mismo sirva para restablecer el equilibrio y la confianza que necesitamos para abordar también otros desafíos estratégicos.
Muchas gracias.