Señor presidente,
Me alineo plenamente con la declaración de la Unión Europea y deseo efectuar una declaración nacional para referirme brevemente a las políticas españolas en esta materia así como presentarles los preparativos del Debate abierto sobre “Mujeres, Paz y Seguridad” que estamos organizando en el Consejo de Seguridad en Nueva York el próximo 13 de octubre, bajo presidencia española del Consejo de Seguridad, en el marco del Examen de Alto Nivel de la resolución 1325 (2000).
Pero permítanme, en primer lugar, antes de nada agradecer a los ponentes de esta mañana sus enriquecedoras presentaciones de buenas prácticas de igualdad de género en las Fuerzas Armadas, a las que España otorga una gran importancia, y la inclusión de este asunto tan relevante en nuestra agenda de hoy.
España ha venido prestando particular atención a las políticas tendentes a facilitar la plena incorporación de las mujeres y de las cuestiones de género en sus Fuerzas Armadas. A través de la Secretaría Permanente de Igualdad del Ministerio de Defensa, se ha venido promoviendo la plena integración de las mujeres y de los asuntos de género en nuestros Ejércitos. El proceso de entrada de las mujeres en las Fuerzas Armadas españolas ha sido rápido y muy amplio y se ha caracterizado por la apertura y la plena igualdad. En nuestras Fuerzas Armadas las mujeres están presentes en todos los cuerpos y escalas y en todos los destinos sin distinción y tienen las mismas tareas y responsabilidades, formación, salario y régimen disciplinario que los hombres.
Asimismo, la perspectiva de género está presente en todos los procesos relacionados con la seguridad y la construcción de la paz, potenciando la participación de las mujeres en las misiones de paz; asegurando la formación específica del personal sobre los distintos aspectos de la resolución 1325; protegiendo los derechos de las mujeres y niñas en zonas de conflicto y posconflicto y fomentando la participación y el empoderamiento de las mujeres en la negociación y aplicación de los acuerdos de paz; e incorporando el principio de igualdad en la planificación y ejecución de actividades de Desarme, Desmovilización y Reintegración (DDR), así como el adiestramiento especializado sobre estas cuestiones de todo el personal que participa en dichos procesos.
Por ello, la inclusión de esta discusión sobre la aplicación de la resolución 1325 (2000) en nuestro diálogo de seguridad de hoy me parece muy oportuna. Hace quince años, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas fijó su atención en el impacto diferenciado que los conflictos armados tienen sobre las mujeres y las niñas, su exclusión de la prevención y resolución de conflictos, mantenimiento y consolidación de la paz, así como el vínculo inseparable entre la igualdad de género y la paz y seguridad internacionales, y aprobó la resolución 1325 (2000).
Señor presidente,
Este año acometemos el Examen de Alto Nivel de la aplicación de la resolución 1325 (2000). Se trata de una oportunidad valiosísima para reflexionar sobre su implementación en el contexto actual y asumir compromisos concretos y ambiciosos para su realización efectiva.
Con este fin, la presidencia española del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha organizado el próximo 13 de octubre un Debate abierto de alto nivel sobre “Mujeres, Paz y Seguridad”. El debate será presidido por el presidente del Gobierno de España y al mismo han sido invitados todos los Estados miembros, así como los representantes de las organizaciones internacionales y regionales que, como la OSCE, están implicadas en la aplicación de la resolución 1325 (2000). Este ejercicio, en el que estamos trabajando en estrecha coordinación con el Reino Unido, debe permitir abordar los obstáculos y las dificultades que retrasan su aplicación, identificar nuevas tendencias y prioridades de acción y renovar la implicación de todos los actores con la agenda de Mujeres, Paz y Seguridad.
Las organizaciones regionales como la nuestra tienen un papel crucial que desempeñar en la aplicación de la agenda de Mujeres, Paz y Seguridad. Desde el décimo aniversario de la resolución 1325 (2000) ha habido importantes esfuerzos de las organizaciones regionales y subregionales en monitorear los progresos, evaluar resultados y compartir buenas prácticas sobre la implementación de la agenda de Mujeres, Paz y Seguridad. El Debate abierto de dentro de unos días será una buena ocasión para que las organizaciones regionales intercambien información sobre sus respectivas arquitecturas de Mujeres, Paz y Seguridad y exploren nuevas vías de cooperación e intercambio de información con Naciones Unidas.
Esperamos que en este Debate abierto sobre la resolución 1325 se produzcan compromisos ambiciosos, específicos y con plazos de cumplimiento concretos por parte de todos los actores implicados en su aplicación.
En concreto, animamos:
- A los Estados, a ir más allá de la retórica y anunciar compromisos específicos en áreas tan relevantes como el liderazgo y la participación de las mujeres en la toma de decisiones; el desarrollo e implementación de los Planes Nacionales de Acción; financiación; los sectores de seguridad y Estado de derecho; cómo contrarrestar el extremismo violento y terrorismo; así como recuperación post-conflicto y reconstrucción, entre otros.
- A los países que han pasado o están pasando por procesos de paz, a compartir sus buenas prácticas y logros relativos a la aplicación de la agenda de mujeres, paz y seguridad. El estudio de sus casos puede ser útil a otros países.
- Al sistema de Naciones Unidas, a que anuncie compromisos concretos, ambiciosos y con plazos definidos para su realización, en áreas como la rendición de cuentas y la presentación de informes; la arquitectura de género, experiencia y recursos; la participación de las mujeres; la protección, la violencia sexual relativa a conflictos y la explotación y el abuso sexual, entre otros, para demostrar que el Secretariado y el conjunto de Naciones Unidas priorizan la agenda de forma efectiva.
- Al Consejo de Seguridad a que mejore su actuación diaria, no sólo mediante un enfoque más coherente y sistemático, sino teniendo en cuenta también los temas específicos de cada país, pues las soluciones deberían ser a la medida de los contextos específicos.
- Las organizaciones regionales, como la OSCE, pueden compartir información sobre sus propios compromisos, explicar cómo monitorean los avances, cuáles son sus mejores prácticas y sus visiones sobre cómo fortalecer su cooperación con Naciones Unidas en relación con Mujeres, Paz y Seguridad.
Señor presidente,
Deseamos que el debate del próximo 13 de octubre sirva para acelerar la puesta en práctica de nuestros compromisos con la agenda de Mujeres, Paz y Seguridad. Nos gustaría que del Examen de la resolución 1325 resultase una nueva resolución de referencia en materia de Mujeres, Paz y Seguridad, en la que las mujeres vean reforzado también su papel y protagonismo en la mediación. Para ello es importante trabajar en la formación previa y posterior al despliegue, como ya hace España, lo cual redunda en la eficacia de la misión y en los mecanismos de rendición de cuentas. Asimismo, debemos trabajar en la identificación de las variables de género que aparecen en los factores de riesgo y causas de los conflictos como medio para combatir el uso alarmante de la violencia sexual como arma de guerra.
España espera con interés la Jornada de Seguridad organizada por el secretario general de la OSCE el próximo 13 de noviembre, para compartir los resultados de este Debate abierto y reflexionar sobre los posibles siguientes pasos, también en el ámbito regional.
Le reitero mi agradecimiento por la inclusión de este asunto tan relevante en nuestra agenda del Foro y le ruego que adjunte el texto de esta declaración al Diario de Sesiones.
Muchas gracias.