A continuación, la intervención completa del presidente del Gobierno:
Vivimos una crisis sin precedentes provocada por la agresión injustificada e ilegal de Rusia a Ucrania. Esta atrocidad está teniendo duras consecuencias en la recuperación económica global, con un efecto mucho mayor sobre aquellos países más vulnerables, que ya sufrieron con especial crudeza los estragos de la pandemia.
Si algo hemos aprendido de la COVID19 es que necesitamos un sistema multilateral fuerte, inclusivo y coherente —con Naciones Unidas en su centro—, que nos ayude a retomar sin demora el camino hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible incluidos en la agenda 2030.
Con estas lecciones bien aprendidas, España se ha marcado avanzar hacia el 0,7% de su Producto Interior Bruto en Ayuda Oficial al Desarrollo, incluyéndolo como imperativo legal en el borrador de la nueva Ley de Cooperación al Desarrollo.
La pregunta que debemos hacernos ahora es: “¿Cómo podemos aumentar el margen fiscal de los países más vulnerables?”
En primer lugar, necesitamos facilitar el acceso de estos países a la financiación, reduciendo sus costes e implementando mecanismos adecuados de gestión de deuda.
Para ello, España está plenamente comprometida con la canalización voluntaria de un 20% de sus Derechos Especiales de Giro a través de los fondos constituidos por el Fondo Monetario Internacional.
En segundo lugar, tenemos que intensificar los esfuerzos para impulsar la aplicación del Marco Común del Club de París y del G20 en los tratamientos de deuda.
Hemos de garantizar un trato comparable para los acreedores privados y todos los acreedores oficiales bilaterales. Debemos evaluar las posibles suspensiones temporales del servicio de la deuda caso a caso incluyendo a los países de renta media en situaciones vulnerables. Y tenemos que facilitar también la vuelta rápida al mercado de capitales de esos países tras la reestructuración.
Y, en tercer lugar, debemos garantizar una mayor cooperación con las agencias de calificación de riesgos, asegurándonos de que sus análisis no penalizan injustamente a los países que se acogen a las iniciativas de alivio de deuda.
Estos son aspectos clave en los que podemos y debemos mejorar. Sin embargo, pese a estas medidas, sin una base fiscal sólida, los países socios no podrán sostener la financiación de sus procesos de desarrollo.
Para ello, apoyaremos sus esfuerzos para crear sistemas fiscales más eficaces, progresivos y equitativos
En definitiva, la pandemia y la guerra de Ucrania han puesto aún más de relieve la urgencia de continuar las reformas en el sentido que apunta la Agenda de Acción de Addis Abeba.
Sólo así avanzaremos hacia un mundo más justo, pacífico y sostenible.