El Fondo mundial para la lucha contra el VIH/SIDA, la tuberculosis y la malaria (GFATM, en inglés The Global Fund) nació por iniciativa del Secretario General de Naciones Unidas tras recoger las inquietudes suscitadas durante la reunión del G-8 celebrada en Okinawa en el 2000, que se trasladaron a la sesión especial de la Asamblea General de Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA, celebrada en junio de 2001 y que acordó crear este Fondo.
Casi desde su origen, fijó como meta cumplir en 2015 el Objetivo de Desarrollo del Milenio relacionado con reducir el impacto del VIH/SIDA, la tuberculosis y la malaria en los países en desarrollo.
Para alcanzarlo, se constituyó,con las siguientes características:
Se trata de un fondo financiero, depositado en el Banco Mundial, que financia pero no ejecuta los proyectos.
Trabaja en estrecha coordinación con Naciones Unidas, especialmente con
OMS y
ONUSIDA, aunque tiene personalidad jurídica propia.
Busca una alianza entre países donantes y países receptores, sector privado y público, administraciones públicas y sociedad civil, que se refleja en sus órganos de dirección y en sus procedimientos de trabajo.
Tras su creación en 2002, el Fondo Mundial ha financiado más de 1.000 programas ejecutados en 151 países, y hasta 2016 ha salvado 22 millones de vidas.
Desde 2010, la financiación necesaria para la posterior ejecución de los proyectos se obtiene a través de rondas de reposición de fondos, siendo la última la 5ª en Montreal (Septiembre de 2016) y que recaudó 12.900 millones de dólares.
Su estructura , presidida desde mayo de 2019 por el ruandés Donald Kaberuka, se basa en el siguiente enfoque innovador:
Desde su creación, España ha sido uno de los principales contribuyentes al Fondo Mundial con una contribución total de 693 millones de dólares entre 2003 y 2010.
Responsable de esta representación a cargo de este organismo
Dña. María del Carmen Martínez de la Peña
Secretaria de Embajada