El Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, que dirige José Manuel Albares, cierra un año que ha estado marcado por la agresión de Rusia a Ucrania, una exitosa Cumbre de la OTAN de la que salió el nuevo esquema de prioridades en defensa, seguridad y organización de la Alianza Atlántica para los próximos diez años y la nueva relación con Marruecos.
La invasión rusa de Ucrania ha centrado una buena parte de la actividad diplomática durante este 2022. Desde la invasión, en la madrugada del 24 de febrero, se han multiplicado los esfuerzos diplomáticos para reforzar la unidad frente a la agresión de Vladimir Putin, tanto desde el punto de vista de la defensa de Ucrania como de la ayuda humanitaria a los ciudadanos en ese país y a los millones de desplazados por la guerra.
A lo largo del año, el ministro Albares ha visitado Ucrania en dos ocasiones: la primera, pocos días antes de la invasión rusa y, la segunda, a primeros de noviembre. En este último viaje, el ministro se reunió con el presidente Volodimir Zelensky, el primer ministro Dennis Shmygal, y el Fiscal General de Ucrania. También con su homólogo, Dmytro Kuleba, con quien ha tenido contacto casi permanente a lo largo de este año: además de en Kiev, se han reunido de forma bilateral en los márgenes de foros internacionales y han mantenido varias conversaciones telefónicas.
Madrid fue el escenario de otro de los hitos diplomáticos del año: la reunión de la Cumbre de la OTAN, en la que participaron un total de 14 presidentes, 21 primeros ministros, la presidenta de la Comisión Europea, el secretario General de la OTAN y 52 ministros de Exteriores y Defensa. Todos ellos se dedicaron entre el 29 y el 30 de junio a desarrollar el “Concepto de Madrid”. Este nuevo Concepto Estratégico de la Alianza incluye, por primera vez y a petición de España, referencias al Flanco Sur e identifica nuevas amenazas para la seguridad como la ciberdelincuencia, la inmigración ilegal, los efectos del cambio climático y las amenazas híbridas.
La Cumbre de Madrid fue un completo éxito de organización, logística y resultados. El trabajo diplomático previo a las reuniones de los líderes en Madrid permitió reforzar la unidad euroatlántica y allanó el camino tanto para la adhesión de nuevos socios como para la aprobación del nuevo Concepto Estratégico. Desde el punto de vista de la imagen de España, se reforzó, además, su papel como actor protagonista en la escena internacional, con capacidad de liderazgo y cuya voz se escucha con atención en los foros internacionales por sus propuestas e iniciativas en favor de la unidad frente a las agresiones, la defensa de la democracia, la libertad y el multilateralismo.
En esa nueva etapa, España cuenta con Estados Unidos como un aliado fuerte y estable, como se puso de manifiesto en la visita a España del presidente de Estados Unidos. El pasado 28 de junio, tras 21 años sin que España y Estados Unidos hubiesen actualizado su relación, Joe Biden y Pedro Sánchez firmaban una nueva Declaración Conjunta que fortalecerá aún más esa relación estratégica entre ambos países.
También en 2022 ha entrado en vigor el Convenio de Doble Nacionalidad entre España y Francia, el primero de esta naturaleza fuera del ámbito iberoamericano. El convenio, firmado en la ciudad francesa de Montauban, salda una deuda histórica con el exilio republicano, al tiempo que mejora los derechos de los ciudadanos franceses residentes en España y los españoles que viven en Francia.
Con la firma de la Declaración Conjunta con la que España y Marruecos decidieron relanzar su relación, el 7 de abril de 2022 quedó señalado en el calendario de la diplomacia española. A partir de esa fecha comenzó a desarrollarse una hoja de ruta hacia la normalización de las relaciones entre ambos países. A finales de año, todos los grupos de trabajo que, en algunos casos llevaban 15 años sin reunirse, están completamente activos y arrojando resultados.
Fruto de esa nueva relación, la migración irregular que proviene de África es la que más se ha reducido en toda Europa, y los intercambios comerciales se han ido recuperando progresivamente, hasta alcanzar los niveles previos a la ruptura de la relación entre los dos países. Esa hoja de ruta recibirá un nuevo impulso en pocas semanas con la Reunión de Alto Nivel (RAN), que se celebrará en Marruecos y situará en una nueva dimensión la relación entre los dos países.
Diplomacia solidaria
Que España es un país solidario se puso de relieve en Afganistán en agosto de 2021, pero también lo siguió demostrando a lo largo de todo 2022. Con nuevas operaciones de ayuda a los colectivos más vulnerables, se dio cumplimiento al compromiso de “no dejar a nadie atrás” del ministro Albares. Una solidaridad que también adquirirá rango de ley a través de la Cooperación Española.
A punto de ver culminado su trámite legislativo, la Ley de Cooperación para el Desarrollo Sostenible y la Solidaridad Global superó su paso por el Senado con el apoyo de todos los grupos parlamentarios, excepto Vox, a los cambios introducidos en el texto. La Ley, que será definitivamente aprobada por el Congreso en las primeras semanas de 2023, sustituye a la que está en ahora en vigor y fue aprobada en 1998. Este nuevo marco legislativo permite actualizar los pilares institucionales, normativos y presupuestarios para avanzar en un modelo de cooperación que favorezca la inclusión, la igualdad y la sostenibilidad.
El objetivo es convertir la Cooperación Española en una política de Estado. Como lo es una política exterior que afronta retos y desafíos sin parangón. Muchos de ellos fueron objeto de análisis en los foros de los que España ha sido anfitriona en estos último doce meses: el Foro Regional de la Unión por el Mediterráneo (UpM) y la Vecindad Sur, que se celebró en Barcelona; la Cumbre de Naciones Unidas de Terrorismo, que acogió Málaga en el mes de mayo; o la más reciente reunión del Proceso de Rabat, que se celebró en Cádiz. Son solo tres ejemplos de la capacidad de la diplomacia española para organizar encuentros de alto nivel.
También son ejemplo de la confianza que en España tienen organismos internacionales como Naciones Unidas que, a lo largo de 2022, apostó por nuestro país para abrir en Madrid la Oficina contra el Terrorismo; decretar la apertura del Secretariado Local 2030 en Bilbao; y reforzar su apuesta por Valencia con la inauguración de un nuevo edificio en la Base de Quart de Poblet.
Previamente, el 20 de enero de este año, el Rey Felipe VI y el ministro José Manuel Albares inauguraron en Madrid la nueva sede del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación (la anterior del Palacio de Santa Cruz sigue operativa pero desprovista ya los cuatro escudos franquistas situados en sus torreones y que se han retirado en 2022, como se ha ordenado retirar todos los vestigios franquistas de Embajadas y Consulados). Situada en la madrileña Plaza del Marqués de Salamanca y con una capacidad para 1.300 personas, desde esa nueva sede ya se ha comenzado a trabajar en el que será el gran acontecimiento de la política comunitaria para España: la Presidencia de la UE.
“Proyecto de país”
Con la vista ya en 2023 será cuando España asuma una Presidencia que ostentó en 2010 por última vez: la del Consejo de la Unión Europea. La próxima será en 2037. Albares la ha definido en varias ocasiones como “un proyecto de país” que pretende involucrar a todas las comunidades autónomas y quiere acercarse también al ciudadano. Una Presidencia descentralizada que estará presente en todas las Comunidades Autónomas, a través de reuniones de alto nivel que se organizarán en 25 provincias.
La agresión de Rusia a Ucrania marcará una Presidencia en la que Exteriores trabajará para conseguir una Europa más fuerte y más unida. Otro objetivo séra consolidar los principales ejes de actuación que España ha contribuido a conformar: transición ecológica, transformación digital y Pilar Social. Y también en ámbitos de gran arraigo, como la reforma de las reglas fiscales o migración.
En lo que se refiere a áreas geográficas en las relaciones exteriores de la Unión, serán prioritarias la Vecindad Sur, con una nueva reunión ministerial en Barcelona, pero también América Latina y el Caribe, con la celebración de una Cumbre UE-CELAC en Bruselas. Esa relación se basa en la eurocompatibilidad que reiteradamente defiende el ministro Albares entre las dos regiones y que acaba de ponerse de manifiesto en la reunión de la Comisión Binacional con México que llevaba cinco años sin celebrarse.
También en 2023 se conocerá la decisión sobre la Candidatura de Málaga a la Expo 2027. Desde el Ministerio de Asuntos Exteriores se ha hecho un despliegue diplomático sin precedentes a cargo de un nutrido grupo de funcionarios y del propio ministro Albares, quien, en las reuniones bilaterales que mantiene con sus homólogos de todo el mundo, no deja de pedir el voto para la candidatura española. La fuerte implicación del ministro quedó patente, además, cuando el pasado 28 de noviembre se desplazó personalmente a París para defender la apuesta de Málaga ante la Asamblea General de la Oficina Internacional de Exposiciones (OIE).
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Nota de prensa original del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación