Lamentamos la decisión por parte del gobierno de los Estados Unidos de América de retirarse del Tratado de Cielos Abiertos, aunque compartimos sus preocupaciones sobre la aplicación que la Federación Rusa realiza de las cláusulas del Tratado.
El Tratado de Cielos Abiertos es un elemento fundamental en el marco de creación de confianza que ha sido forjado a lo largo de las últimas décadas en aras de mejorar la transparencia y la seguridad en la zona euroatlántica. Nosotros continuaremos con la observancia del Tratado de Cielos Abiertos pues supone un claro valor añadido para el control de armas convencionales y una seguridad cooperativa. Reafirmamos la validez y utilidad del presente Tratado. La retirada se hará efectiva en el plazo de seis meses. En relación con la aplicación del mismo, y de conformidad con lo decidido previamente por los aliados de la OTAN y otros socios europeos, mantendremos nuestra interlocución con Rusia para abordar cuestiones relevantes como las excesivas restricciones de vuelo sobre Kaliningrado. Instamos a la Federación Rusa a que levante dichas restricciones y continúe el diálogo con todas las partes.