Según un informe de Baker & McKenzie, la inversión directa china en Europa alcanzó un record en 2014, ascendiendo a 18.000 millones de dólares. Reino Unido, Italia, Países Bajos, Portugal y Alemania han sido los principales destinos de la inversión china en Europa en 2014.
Este volumen de inversión duplica al realizado en 2013 y convierte a Europa en uno de los destinos prioritarios de la inversión china en el mundo. Cabe señalar que hasta 2004, los flujos de inversión china en Europa eran inapreciables, si bien a partir de 2009 se aceleraron y, entre 2009 y 2014, ascendieron a 55.000 millones de $.
A lo largo de la última década, los principales destinos de la inversión china en Europa han sido el Reino Unido (16.000 millones de $), Alemania (8.400 millones de $), Francia (8.000 millones de $) y Portugal (6.700 millones de $). España se posiciona en noveno lugar con 1.500 millones de $, aunque con un incremento muy relevante entre 2010 y 2014, junto con Portugal e Italia.
En el periodo 2004-2014, las empresas chinas han consolidado su presencia en Europa a través de greenfields (69% del total de proyectos), representando las adquisiciones el 86% del valor total de la inversión realizada. En cuanto a sectores, destacan agroindustria, energía, sector inmobiliario y automoción. Esta diversificación sectorial es un reflejo de los cambios acaecidos en el proceso de internacionalización de las empresas chinas en el mundo. Con anterioridad a 2011, las empresas chinas concentraban su inversión en sectores tecnológicos como la automoción y equipamientos industriales. Entre 2011 y 2012, la energía fue el sector objetivo, debido al interés de los grandes grupos estatales en empresas europeas de minería, energías renovables y combustibles fósiles. Sin embargo, esta tendencia se invirtió en 2013 al convertirse la energía en un sector menos atractivo, debido a la reducción de los incentivos públicos a las energías renovables en Europa.
En lo que respecta a 2014, éste ha sido el año en el que ha despuntado con fuerza la inversión china en el sector inmobiliario, hasta ese momento prácticamente inexistente; y en los servicios financieros, debido a la liberalización del sector en China y a las oportunidades derivadas de la internacionalización del yuan. Por su parte, en el sector de la alimentación se han realizado importantes adquisiciones, como consecuencia del interés chino por el know how, la tecnología y las marcas europeas, al calor del auge del mercado de la alimentación en China.