La inversión china en el extranjero alcanzó el año pasado la cifra récord de 102.090 millones de dólares, lo que supone un aumento anual del 14%. Se sitúa así como segundo país inversor en el extranjero, por detrás de Estados Unidos.
Hasta ahora, la política seguida buscaba estimular a las empresas bajo control del estado a establecerse fuera de China, principalmente industria pesada y minería. Sin embargo, se observa un cambio de tendencia, puesto que la inversión en el sector servicios aumentó un 27% en 2014, lo que en el cómputo global supuso más de la mitad de la inversión del país en el extranjero, superando por tanto a los sectores primarios y secundarios.
En cuanto a flujos entrantes de capital, China superó a Estados Unidos para convertirse en el primer destino de inversión extranjera directa el año pasado, según el grupo de control UNCTAD de Naciones Unidas. Supera así al país norteamericano, que llevaba desde 2003 siendo el líder mundial en la recepción de capital extranjero.
Globalmente, los flujos de inversión extranjera directa cayeron un 8% el año pasado a 1,26 billones de dólares, el segundo nivel más bajo desde el comienzo de la crisis financiera. Desde el Ministerio de Comercio chino se espera que en 2016 la IDE de China sea superior a la que este país reciba, siendo la primera vez en la historia que el país consiguiese más flujos salientes que entrantes de capital.