“Lo que hago no es mío, es de todos. Las victorias no me pertenecen, son de todo el bádminton español”, reitera Carolina Marín cada vez que su juego colorista vence en las pistas. Carolina es un talento asombroso. Y lo ha demostrado convirtiéndose en la primera española campeona del mundo en este deporte, tras ganar en la final a la china Li Xuerui (21-17, 17-21 y 16-21).
Marín es una iconoclasta del bádminton. En un circuito en el que la mayoría son diestras, ella es zurda como su ídolo, Rafa Nadal. Una condición que la favorece ante sus rivales. Las jugadoras de bádminton tienen que cambiar todo el repertorio de efectos frente a Carolina. Una joven onubense de 21 años que ha derribado la Muralla China con asombro y fastuosidad. China es la gran referencia del bádminton y cuenta con 100 millones de practicantes. En España hasta 1985 no hubo federación propia y con el éxito de Carolina Marín esperan llegar a las 7.000 licencias federativas y 250 clubes deportivos.
Los genios no notan la presión y al competir entran en estado de gracia y olvidan la vigencia histórica de sus acciones. 15 años habían pasado sin una participante europea en una final del Mundial de bádminton y sólo dos mujeres del viejo continente habían logrado el título mundial en la historia (las danesas Koppen y Camilla Martín en 1977 y 1997). A Carolina Marín, campeona europea en abril, que hace sólo 10 meses era la vigesimoprimera de la lista mundial, le fue difícil ignorar la tensión dos minutos. La andaluza salió nerviosa en la final ante la china Li Xuerui y le costó un 5-0, después su entrenador Fernando Rivas le recomendó buscar la red y meter presencia con el cuerpo para abrir campo. Desde entonces, miró a los ojos a la campeona olímpica y número uno mundial. Nadie le había hecho más de 17 puntos a la espectacular china. El primer set la onubense lo perdió 21-17, el segundo y el tercero los venció 17-21 y 16-21 con el apoyo del público danés. Carolina participa en la liga danesa porque no tiene rivales en España.
La española sorprende al mundo y se sorprende a ella misma. “Soy del partido a partido. Tres días antes del torneo no me sentía con fe; había perdido toda la confianza. Es asombroso”, admite Carolina. En su Huelva natal la final fue seguida por cientos de personas en el Bar Parque Moret. En España se convirtió en tendencia en twitter, su cuenta en las redes sociales ha pasado de 6.000 seguidores a más de 11.000. En Asia, Carolina es famosa, ha aparecido en los diarios The Times of India y Reference News y no para de firmar autógrafos cuando va a competir al continente asiático.
En apenas un mes las deportistas españolas no paran de colgarse medallas. Oro en el Europeo de waterpolo, plata en el Europeo sub-19 en fútbol, platas Mundial sub 17, Europeo sub-20 y bronce en el Europeo sub-18 en baloncesto, oro en salto de altura con Ruth Beitia, bronce en 400 metros lisos y 3.000 obstáculos con Indira Terrero y Diana Martín en el Europeo de atletismo. Seis medallas de Mireia Belmonte, 4 el equipo de natación sincronizada de Ona Carbonell, oro de Duane Da Rocha, plata de Judit Ignacio y bronce de Jessica Vall.
Carolina Marín se ha unido a la explosión del deporte femenino. La jugadora andaluza superó a la mejor del mundo y rompe todas las barreras. Carolina se proclamó campeona del mundo y es la nueva cicerone y guía espiritual del bádminton en España.