Durante tres días, autoridades mexicanas, miembros del cuerpo diplomático y españoles residentes en México, dedicaron palabras de admiración y cariño al político que hizo posible una transición democrática, pacífica y ejemplar.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, lamentó su fallecimiento y se mostró convencido de que hay millones de españoles que comparten ese sentimiento, por la grandeza histórica del primer presidente de la democracia española.