El homenaje tuvo lugar en la Abadía de Westminster, donde reposan los restos de Leonor. En su tumba se depositaron tres coronas de laurel.
Leonor de Castilla, hija de Fernando III el Santo, se casó con Eduardo I, príncipe heredero de Inglaterra, en el monasterio de Las Huelgas (Burgos). El matrimonio era condición indispensable para sellar un acuerdo de paz entre Castilla e Inglaterra, enfrentados por la posesión de Gascuña.
Leonor de Castilla y su marido participaron juntos en la Novena Cruzada. Hallándose en Tierra Santa fueron proclamados reyes de Inglaterra en 1272, aunque su coronación se realizó a la vuelta de la expedición.
Leonor y Eduardo tuvieron quince hijos. Se dice que ella fue una compañera abnegada de Eduardo, hasta el punto de que, según la leyenda, salvó la vida de su esposo succionando el veneno de una víbora.
Leonor de Castilla murió en Harby (Lincolnshire) en 1290. El rey ordenó erigir una cruz en cada parada del cortejo funerario desde Harby hasta Westminster. Fueron doces cruce, siendo la más famosa la de Charing Cross.