JOSÉ SALVANY, un héroe silencioso
José Salvany fue el subdirector de la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, o Expedición “Balmis”, que le llevó hasta el territorio boliviano en 1803. Sus restos se encuentran hoy en la Iglesia San Francisco de Cochabamba. La Asociación Española de Vacunología y la Embajada de España en La Paz reivindican su papel en ese viaje humanitario y lo presentan como ejemplo de los estrechos lazos que unen a nuestros dos países. La última novela del escritor español, Javier Moro, que visitará la Feria Internacional del Libro de La Paz el próximo mes de agosto, narra esta aventura.
En 1803, en una época convulsa y de grandes transformaciones, un hombre persigue un plan descabellado, un sueño: erradicar una enfermedad que amenaza a la población mundial: la viruela. Así, el 30 de noviembre de 1803 Francisco Xavier Balmis emprende una campaña sanitaria y humanitaria sin precedentes que lo llevará hasta el Nuevo Mundo. No emprende este sueño solo, sino acompañado de jóvenes idealistas que sacrificarán su vida por un plan que resultó una hazaña y una genialidad, entre ellos, José Salvany.
Hombre de formación académica intensa y de profunda vocación, José Salvany llegó muy joven a la expedición de medicina preventiva “Balmis”, la primera expedición humanitaria en la historia, que buscaba erradicar la enfermedad de la viruela. Salvany, enfermo desde hacía años, decidió dedicar su vida a esta misión, que salvaría a muchos de la enfermedad, con la que él convivía. Su debilidad se convirtió en fortaleza y, al llegar a territorio americano, él tomó el mando de la expedición en la ruta del sur.
Así, Salvany llegó a Bolivia cruzando los senderos de la cordillera andina desde Perú, pasando por el Lago Titicaca y La Paz, difundiendo la vacuna contra la viruela en un esfuerzo inédito en materia de salubridad y educación para la salud. El 21 de julio de 1810 José Salvany Lleopart murió en Cochabamba a los 33 años de edad, víctima de la tuberculosis pulmonar, después de haber recorrido más de 18 000 Km, formando parte de los grandes protagonistas de la medicina mundial.
Hoy, los restos mortales de Salvany descansan en Cochabamba y la Embajada de España en La Paz trabaja para que reciban el merecido reconocimiento público.