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CIEN AÑOS DE EMBAJADA DE ESPAÑA EN BÉLGICA 1921 – 2021

• Este año se conmemora la elevación a rango de Embajada de las legaciones diplomáticas de España en Bélgica y de Bélgica en España, el 21 y el 24 de enero de 1921, respectivamente. En esa misma fecha, D. Rodrigo de Saavedra y Vinent, II Marqués de Villalobar, “el defensor de los belgas”, fue nombrado primer Embajador de España en el Reino de Bélgica.

• Durante el año, se han previsto distintas actividades y actos conmemorativos, en colaboración con contrapartes belgas, para conmemorar un siglo de amistad, solidaridad y cooperación entre España y Bélgica, destacando los ámbitos estratégicos y los hitos, acontecimientos y figuras históricas que han servido de puente entre ambas Naciones, desde la Primera Guerra Mundial hasta nuestros días.


29 de enero de 2021

​DOS HITOS HISTÓRICOS EN LAS RELACIONES BILATERALES

En 2021 se conmemora el centenario de dos hitos en las relaciones bilaterales entre ambos países: la elevación a rango de Embajada tanto de la legación diplomática española en Bruselas, con el consiguiente nombramiento del Marqués de Villalobar como primer Embajador de España en el Reino de Bélgica (el 21 de enero de 1921), como de la legación diplomática belga en Madrid (el 24 de enero de 1921); y el viaje de SSMM los Reyes de Bélgica a España, del 1 a 4 de febrero de 1921, ampliamente recogida por medios belgas y españoles, destacando la calurosa recepción popular y la cordialidad y sintonía entre ambas Casas Reales.

El periodo comprendido entre los años de la Primera Guerra Mundial (IGM: 1914-1918) y los primeros años de posguerra constituye sin duda una de las etapas más positivas y de mayor complicidad y acercamiento en la historia de las relaciones bilaterales entre España y Bélgica desde la creación del actual Reino de Bélgica, en 1830.

Entre las circunstancias extraordinarias que propiciaron el acercamiento entre los Gobiernos y las opiniones públicas de ambos Estados, cabe destacar, por un lado, el importante papel desempeñado por España, como Estado neutral, en la protección de la integridad, intereses, e instituciones del pueblo belga durante la ocupación alemana a lo largo de la IGM, que los belgas recuerdan como uno de los episodios más negros de su historia; y, por otro lado, el decisivo papel desempeñado por D. Rodrigo de Saavedra y Vinent, Marqués de Villalobar (Madrid, 1864- Bruselas, 1926), quien, al frente de la Legación diplomática española durante ese periodo, supo personificar, con su esfuerzo, dedicación y valía, la solidaridad y el compromiso diplomático y humanitario de España con Bélgica.

Como se puso de relieve, una vez más, con motivo del homenaje organizado al Marqués de Villalobar en la Residencia Oficial de la Embajada de España en el Reino de Bélgica, el 16 de mayo de 2018, en el marco de las Conmemoraciones Oficiales del Centenario de la IGM en Bélgica, o, más recientemente, en la exposición organizada por Patrimonio Nacional de España el pasado 2019 en el Palacio Real de Madrid, “Cartas al Rey. La Mediación Humanitaria de Alfonso XIII en la Gran Guerra”, la historiografía atribuye a Villalobar el haber protegido o salvado miles de vidas a través de sus acciones diplomáticas y humanitarias, principalmente a través del “Comité National de Secours et d’Alimentation” belga y de la “Commission for Relief in Belgium” estadounidense, de los que fue patrono y protector, junto con sus homólogos estadounidense - Embajador Brand Whitlock - (hasta la entrada de EEUU en la Gran Guerra) y de los Países Bajos - Ministro Plenipotenciario Maurits van Vollenhoven -.

No en vano la opinión pública de la época se refería a él como “le protecteur des belges”. Fue objeto de numerosos homenajes tras la IGM, incluyendo el nombramiento como ciudadano de honor o distinciones similares por parte de la mayoría de ciudades belgas. El Senado belga alberga en su honor un busto de su persona y existen diversos lugares públicos en Bélgica que llevan su nombre o están dedicados a su figura, destacando los existentes en la capital belga: la placa conmemorativa instalada en la sede de la legación española durante la Gran Guerra (calle Archimède, 11, de Bruselas); el monumento y nombre de la calle junto al Dominio de Val Duchesse (donde organizó una importante función benéfica en 1917 para recaudar fondos para los huérfanos de guerra); o la parada de tranvía que lleva su nombre en la céntrica avenida de Tervuren.

UN SIGLO DE AMISTAD, SOLIDARIDAD Y COOPERACIÓN ENTRE ESPAÑA Y BÉLGICA, DOS ESTADOS MIEMBROS DE LA UNIÓN EUROPEA, ALIADOS Y ACTIVOS EN LA ESCENA INTERNACIONAL

Siguiendo el hilo conductor de la amistad y de la solidaridad entre ambos países, en 1927 se crea la Société Espagnole de Bienfaisance en Belgique – (la Sociedad española de Beneficencia en Bélgica), asociación sin ánimo de lucro que tiene como “fin socorrer y dar ayuda material y moral a todos los españoles que encontrándose en Bélgica estuvieran en situación de necesidad”. Esta Asociación se ha reactivado en 2020 para responder a los retos y necesidades actuales, en relación con la juventud, la innovación y el emprendimiento o las cuestiones de género.

En el periodo 1936-1939, la Guerra Civil española y su posguerra crearon un movimiento solidario internacional, del que no fue ajena la sociedad belga.

Durante la Guerra Civil Española, llegan a Bélgica más de 5.000 niños españoles, “los niños de la guerra”, que fueron calurosamente recibidos por familias e instituciones belgas. Asimismo, Bélgica fue también país de acogida para muchos españoles exiliados con motivo de la contienda y del régimen franquista, como Josep Carner i Puig-Oriol, “el príncipe de los poetas” de las letras catalanas y diplomático español destinado en esta Embajada en 1936-1937. Aunque de épocas distintas, también conmemoramos la figura de Francesc Ferrer i Guàrdia, referente librepensador y precursor de la pedagogía moderna. El 5 de noviembre de este año se cumplen 110 años de la instalación del monumento en su honor, actualmente situado en la Avenida Franklin Roosevelt, frente al edificio principal de la Universidad Libre de Bruselas, y que fue erigido gracias a una suscripción popular. En 1990 se inauguró una réplica idéntica en el Parque de Montjuïc de Barcelona.​

Durante los años cincuenta y sesenta, miles de españoles llegan a Bélgica como emigrantes en búsqueda de oportunidades de vida y trabajo. Es la época en la que florecen los centros sociales y culturales como los Antonio Machado, Miguel Hernández, o García Lorca, y asociaciones como El hogar español de Vilvoorde (1963) y la Asociación hispanobelga de ayuda mutua (1964), que desde entonces sigue dedicando sus esfuerzos a facilitar la integración de los españoles en Bélgica.

En la actualidad, Bélgica sigue siendo uno de los países más atractivos para los españoles cuando pensamos en nuevas oportunidades de vida y trabajo en el extranjero, se estima que hay más de 100.000 españoles o ciudadanos de origen español residiendo en el país, muchos de los cuales desempeñan funciones relevantes en todos los sectores.

De igual forma, la Oficina de Turismo de España en Bélgica conmemora este año 2021 el 70º aniversario de su presencia en Bélgica, un fenómeno de gran importancia que ha contribuido a tejer una relación afectiva de Bélgica hacia España, culminando, en 2019, con la visita a nuestro país de más de 2,5 millones de belgas: prácticamente el 25% de su población.

Los nuevos flujos de visitas e intercambios de personas, empresas e instituciones en la actualidad son reflejo de esta comunidad de intereses que caracteriza a dos sociedades modernas, en todos los sectores de la economía, especialmente en los de mayor valor añadido en términos científicos, tecnológicos y de innovación, como se refleja en instituciones como la Cámara Oficial de España en Bélgica y Luxemburgo y la Cámara de Comercio de Bélgica en España. Bélgica se situó en 2019 en el noveno puesto mundial como destino de nuestras exportaciones. La Asociación de Científicos Españoles en Bélgica (CEBE) también ha desarrollado una importante labor en los últimos años para reforzar los vínculos entre ambos países en este ámbito, especialmente entre las nuevas generaciones de científicos.

La relación ha sido también muy estrecha y fructífera en los ámbitos cultural, científico y educativo. El Instituto Cervantes de Bruselas celebra 30 años de presencia en Bélgica, mientras que la Consejería de Educación de la Embajada lleva décadas fomentando las relaciones educativas entre ambos países. De especial relevancia son las Aulas de Lengua y Cultura Españolas (ALCE) repartidas por toda la geografía belga, en las que miles de niños de origen español han podido seguir manteniendo un contacto con la lengua y la cultura española, a la vez que cultivan la presencia e interés por nuestra lengua y cultura en los centros educativos belgas que los acogen. En el ámbito del hispanismo, que cuenta con una importante red de investigadores y asociaciones, es necesario destacar los Premios Duques de Soria de Hispanismo, que se celebran bienalmente, premiando las mejores tesis de máster de filología o de literatura entre las que se realizan en las siete grandes universidades belgas con estudios de lengua, literatura o historia de España. Además, el Casal Català y la Euskal Etxea de Bruselas ofrecen asimismo clases de catalán y euskera, respectivamente, a centenares de alumnos belgas cada año. La Asociación de Amigos de la Fundación Carlos de Amberes, por su parte, se ha refundado en 2020 para fomentar las relaciones culturales y científicas entre España y Bélgica, muy vinculada a la Fundación homónima con sede en Madrid.

Este espíritu de amistad y solidaridad se refleja también en la escena internacional, en la que Bélgica y España comparten visión y posicionamientos en asuntos de la UE y de la agenda global, como los derechos humanos, iniciativas contra la pena de muerte, las políticas efectivas de género, la economía verde, la lucha contra la pobreza o la emergencia del cambio climático, como se refleja en los trabajos e iniciativas en el marco de la Agenda de Desarrollo 2030 de Naciones Unidas y en otros foros internacionales, también los dedicados a la seguridad, como la OTAN, o a la lucha contra el terrorismo.

La pandemia de la COVID-19 ha supuesto un nuevo reto compartido, en el que ambos países, en el seno de la UE y a escala global, han tenido que hacer gala de esos mismos valores de amistad, solidaridad y cooperación, con el fin de mitigar sus efectos y de encontrar tratamientos efectivos. Ambos países han destacado por los distintos proyectos de investigación para el tratamiento del virus. La empresa biotecnológica estadounidense Moderna se ha aliado con la farmacéutica española Rovi, de Madrid, la elaboración y distribución – a partir de enero de 2021 - de su vacuna a gran escala, mientras que la planta de Pfizer en Puurs, Bélgica ha asumido la primera gran fase de producción y distribución a gran escala de esta vacuna por toda ​Europa, desde diciembre de 2020.

En función de la evolución de la crisis sanitaria, se irán anunciando los distintos aspectos de la agenda de trabajo entre ambos Gobierno y el programa de actos conmemorativos.​

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